Inteligencia Emocional en la Adolescencia I. ¿Por qué esta etapa es tan difícil? Por Aroa Caminero

Que la adolescencia es la edad del pavo es un tópico, pero lo que sí es un hecho es que la adolescencia es un periodo más difícil que el resto de etapas vitales en el que suele haber más problemas que en otras edades.

Aunque la regla general es que la mayoría de los adolescentes termina desarrollándose adecuadamente y se convierten en adultos bien integrados en la sociedad, la evidencia científica ha demostrado que durante esta etapa aumentan significativamente los conflictos con los padres, la INESTABILIDAD EMOCIONAL y las conductas de riesgo.

¿Por qué ocurre esto?

Existen algunos factores neurobiológicos que explican porque ocurre esto durante la adolescencia:

  • La corteza prefrontal del cerebro (la que se sitúa justo donde tenemos la frente), es la encargada –entre otras cosas- de: controlar los impulsos, planificar y anticipar el futuro, tomar decisiones y de regular nuestras conductas y nuestras emociones. Los estudios científicos realizados con resonancia magnética han demostrado que la corteza prefrontal no termina de desarrollarse hasta la adultez temprana, por eso es normal que en la adolescencia, las funciones que dependen de ella estén limitadas. La maduración de este circuito depende de la edad y del aprendizaje del adolescente, de modo que es a partir de los 16-18 años cuando las capacidades cognitivas ya son iguales a la de los adultos.
  • Además de lo anterior, durante la adolescencia, el circuito cerebral socioemocional que está relacionado con las emociones, los impulsos, la motivación y las recompensas, se encuentra sobreexcitado porque está influido directamente por la mayor producción hormonal que se produce durante la pubertad. Esto provoca que durante esta etapa haya un exceso de emotividad, de impulsividad, de búsqueda de sensaciones, de novedades y de gratificaciones inmediatas.
  • El desequilibrio existente entre la mayor activación del circuito afectivo y la maduración más lenta de la corteza prefrontal, provoca un “hambre de sensaciones” y una mayor intensidad emocional que no están lo suficientemente controlados.

Por otro lado, existen variables ambientales que también influyen sobre la mayor problemática adolescente:

  • Las mejoras socioeconómicas, en la alimentación y sobre todo, en sanidad, han conseguido adelantar la maduración hormonal (no así la cognitiva) y esto provoca que los jóvenes tengan menos cantidad y calidad de experiencias previas antes de la adolescencia;
  • La pubertad precoz hace que desde más jóvenes ya estén siendo influenciados por el grupo de iguales en su conducta, valores, intereses, etc. (que está integrado a su vez por chavales con menos experiencias previas);
  • Cambios en la estructura de las familias: debido por ejemplo, a cuestiones económicas muchos padres trabajan más y pueden supervisarles menos;
  • Nuevas tecnologías de la información: permiten difundir las ideas, valores e intereses de los adolescentes de un modo más rápido y globalizado;
  • Aumento del poder adquisitivo de los adolescentes: a pesar de la crisis, muchos adolescentes tienen más acceso que antes a ofertas de ocio que pueden ser perjudiciales, etc.

¿Qué podemos hacer para disminuir la problemática adolescente?

No existe evidencia científica de que la intervención psicológica con los adolescentes cambie los circuitos cerebrales y el grado de maduración cerebral. Sin embargo, la intervención psicológica sí influye directamente en una modificación del ambiente que rodea a los adolescentes y en un aprendizaje de habilidades y estrategias socioemocionales que favorecen la estabilidad emocional en esta etapa.

Por ello, la adolescencia es una etapa ideal para aprender a mejorar el autocontrol conductual y emocional, la racionalidad, el autoestima y la seguridad personal, las relaciones sociales, etc. con el objetivo de que los chavales tengan las herramientas necesarias para enfrentarse con mayor facilidad a esta etapa vital.

La memoria en niños de 0 a 2 años. Colaboración de Aroa Caminero para Guíainfantil.com

Podríamos definir la memoria como la capacidad para retener información, ordenarla y hacer uso de ella en el momento en que la necesitamos. Es lógico pensar pues que la memoria y el aprendizaje están estrechamente relacionados si entendemos el aprendizaje como la adquisición de nueva información para su uso y aplicación en nuestra vida cotidiana. Pero,

¿cómo evoluciona la memoria desde que el bebé es recién nacido hasta que cumple 2 años?

La memoria en la primera infancia



Desde el momento del nacimiento

ya está presente la memoria implícita, es decir, aquella que registra y almacena la información de un modo no consciente y que será la responsable de la formación en el niño de ‘modelos mentales’ que guiarán sus actuaciones en un futuro, Así ocurre, por ejemplo, con la construcción del vínculo afectivo a través de la repetición de interacciones con el padre o la madre.



Antes de los 9 meses,

los niños son capaces de imitar gestos de los adultos cuando los tienen delante y a partir de esa edad (memoria de imitación), los niños pueden imitar recordando gestos que no tienen delante. A esta edad, los niños también son capaces de anticipar el futuro basándose en experiencias del pasado reciente, por ejemplo, si nos ven cogiendo el carrito sabrán que vamos a salir de paseo.



A partir también de los 8 meses,

los niños empiezan a desarrollar la capacidad de resolución de problemas, es decir, a ser capaces de utilizar medios para alcanzar fines. Esto depende también de la capacidad de memoria de trabajo, que a esta edad nos permite usar un sólo medio, por ejemplo, utilizar un sonajero para atraer otro juguete hacía sí mismo.



Entre los 8 y los 10 meses

, los niños adquieren la permanencia del objeto, es decir, la representación de que los objetos existen aunque no los percibamos. A esa edad ya tienden a buscar un objeto que hemos escondido delante suya mientras que antes no lo hacen. La permanencia del objeto constituye la base de la memoria de trabajo, que será aquella que nos permita mantener información mentalmente y trabajar con ella para realizar operaciones complejas como el cálculo mental.



Durante el primer año de vida

también empieza a desarrollarse la memoria de reconocimiento, que es aquella que les permite reconocer objetos, personas y situaciones que ya se han visto antes, y que puede relacionarse por ejemplo, con el miedo a los extraños que suele darse en esta etapa.

En esta etapa, los niños también empiezan a desarrollar la memoria semántica, que se refiere a la memoria general, al aprendizaje de los hechos sobre el mundo y a los conocimientos adquiridos, teniendo un papel fundamental en la adquisición del lenguaje durante esta etapa.



A los 18 meses

, los niños ya empiezan a recordar acontecimientos en un determinado orden espacio-temporal y emerge la imagen de sí mismos.



A los dos años

, los niños no son sólo capaces de reconocer objetos o situaciones familiares sino que ya pueden nombrarlos.

FUENTE:

guiainfantil.com

Si quieres más información o necesitas ayuda con tus hijos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en el teléfono 917672031 o en el correo electrónico info@alavareyes.com

«Así te cambia la vida un bebé». Colaboración de Christine Lebriez para la revista Ser Padre




1-¿Qué consejos darías a esas madres que, ante el “miedo a lo desconocido”, tienen dudas de si van a ser capaces de criar a un bebé?



El perido gestacional, es una etapa  importante y frágil en las emociones femeninas pues el sistema endocrino provoca una alteración  emocional que genera inestabilidad.  Es propio de este periodo una mayor sensibilidad en la mujer.


También es un periodo que provoca cambios psicológicos en la mujer siendo una etapa de transición en la que los futuros padres se preparan para integrar al futuro niño en su nuevo mundo lo que conllevara realizar diversos ajustes personal y familiares.


Entre los problemas mas comunes asociados a un embarazo normal, están las frustraciones y demandas emocionales, sentir ansiedad, miedo o enojo; los cambios físicos difíciles de procesar; las dificultades del tercer trimestre; mas cansancio, sensibilidad, dependencia y la exacerbación de problemas previos: emocionales, económicos, sociales.


Es lógico sentir un cierto agobio y miedo, ya que es una situación nueva y desconocida; con una gran dosis de incertidumbre y variables que además no podemos controlar al cien por cien.


La anticipación de pensamientos del estilo ¿seré capaz? van a invadir tu mente, y es crucial poder controlarlos y racionalizarlos para no caer en una espiral que se escape de  nuestro control.  La incertidumbre es lo que nos hace perder el control ¡¡¡  Una actitud abierta con unas creencias firmes y seguras son esenciales ¡¡¡


Pero si


todas las mujeres del universo a lo largo de toda la historia han sido capaces de sacar adelante a sus hijos, tu no vas a ser menos.


Piensa que todo lo que te agobia ahora, llegado el momento lo vivirás y disfrutarás de otra manera.


Si lo estimas puedes buscar cursos de la preparación al parto que incluyan técnicas de relajación, y técnicas de respiración ¡¡¡


Ser madre es una experiencia Vivencial, se aprende viviéndolo, no con un libro¡¡¡ y no hay una formula universal ni magias, solo tu y como lo vas a experimentar. Por eso no anticipes pensamientos limitadores ni angustiantes.


Visualizarte en próximas situaciones haciendo las cosas de modo favorable, es un modo de proyectar las cosas de una manera optimista y grata.


La naturaleza es sabia, y estar embarazada no es una enfermedad, sino un estado natual de continuación de la especie.





2-¿En qué medida favorece en la crianza de un bebé mantener una actitud positiva y desdramatizar para gestionar muchas de las situaciones cotidianas?



El neurodesarrollo es un proceso que se inicia con la concepción y que se extiende a lo largo de toda la vida, es un proceso muy complejo que puede verse alterado por un sinnúmero de factores, desde factores genéticos hereditarios hasta estresores psicosociales (Cicchetti & Walker, 2003).


Puede haber situaciones complejas; que sea un embarazo no planeado o no deseado, un embarazo en la adolescencia o por el contrario en una edad muy tardía….un embarazo sola o acompañada…


También pueden surgir problemas interpersonales, mala relación de pareja, un precario cuidado prenatal, violencia doméstica, abuso, falta de apoyo, etc.


También la salud mental durante el embarazo se puede ver influida por trastornos mentales, como duelos no resueltos, trastornos del ánimo, trastornos ansiosos, trastornos de alimentación, trastornos de la personalidad o psicosis. También pueden aparecer complicaciones durante el embarazo, las actitudes frente al embarazo, el estrés prenatal y el uso de substancias.


Pese todo ello y sobre tod por ello; una actitud positiva y desdramatizar, va a hacer vivir el estrés del postparto, el desconocimiento y el dia a dia de una manera mas fluida ¡¡ No solo en esta situación, sino en cualquier etapa de la vida, desdramatiza y “quitar hierro” hace que se viva todo con mas relax.  Asi es como las ideas, la creatividad y nuevas soluciones vana a aparecer en mayor cantidad.


Los niños son recompensados con sonrisas y aliento cuando agradan a sus


padres y son castigados con desaprobación cuando los disgustan. Estas primeras experiencias generan en los niños actitudes positivas y negativas duraderas.


Los niños también aprenden por “aprendiozaje vicario” aprendizaje por observación; los niños imitan la conducta de los padres y de sus pares (amigos) adquiriendo actitudes aun cuando nadie  deliberadamente este tratando de influir en sus creencias.


Es por ello que es fundamental esa actitud positiva y cariñosa al bebe, para sus futuros aprendizajes.Todo lo anterior no permitiría construir el “nicho psicológico” necesario. Y por lo tanto la ACTITUD DE ACEPTACION HACIA EL BEBE



3-¿Qué consejo darías a esas mujeres a las que les cuesta asumir los cambios que la maternidad ha traído a su vida (dormir y salir menos, por ejemplo) y que continuamente añoran su vida “de antes”?



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Los cambios corporales desaparecen con mas o menos sacrificios, pero tras la etapa, el organismo vuelve a su estado habitual.  Hay que cuidarse y preocuparse por el cuerpo, pero no  hay que obsesionarse.  La naturaleza per se, participa en estos cambios.


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Las visitas: no hace falta recibir a todo el mundo al unísono, puedes dosificarlas, e incluso posponerlas ¡¡


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La aceptación y paciencia para adaptarse a los nuevos cambios.


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Analizar los aspectos positivos de esta nueva etapa, cada etapa es distinta, y esta tiene también viene cargada de un monton de cosas satisfactorias.


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Practicar la relajación, respiración y visualización positiva.



Disfruta de la etapa del embarazo que es chulísima. Ponte bien guapa y a lucir barriguita que para eso es este momento ¡¡¡

Claves para mejorar tu estilo educativo, por Ángel Peralbo


Recuerda que deja huella


Lo primero que tenemos que tener claro es que el estilo educativo es un constructo complejo que viene a decirnos cómo ejerces tu liderazgo en cuanto a su función de enseñar, guiar, acompañar, dirigir, etc. y esto puede referirse tanto al ámbito del trabajo como al familiar. Es en el ámbito familiar y especialmente si tienes hijos donde lo ejercerás quieras o no y su importancia es vital para el desarrollo de los más pequeños hasta el punto de que influirá en su forma de autorregularse, su autoestima, de relacionarse con los demás, etc. Será uno de los aspectos que más le influirá, teniendo en cuenta que pasarán años bajo la sombra de él y considerando que son los años donde se producen los aprendizajes que se consolidan y se hacen más duraderos a lo largo de la vida. Es por ello que todos, sin darnos cuenta, somos en cierta medida esclavos de los estilos educativos de nuestros padres y en el caso de que no hayan sido adecuados, solamente nos zafamos de ellos cuando somos conscientes y trabajamos para conseguirlo. En ocasiones es triste cuando tratas con adultos que aún padecen el yugo de lo que fue un estilo educativo en casa extremo o nocivo y que les marcó para toda la vida porque no han sabido desapegarse de él y está tan unido a su carácter que no solo lo padecen sino que lo transmiten a los demás especialmente a sus herederos.






Recientemente dos investigadoras incansables en la exploración de las características de adultos y padres que favorecen o perjudican la salud mental de los niños, Luisa Roa Capilla y Victoria del Barrio, adaptaron el cuestionario de crianza parental (PCRI-M) a población española. Dentro de los resultados que obtenían se observaba que


todos los factores correlacionaban de forma negativa con los problemas de conducta del niño, y especialmente los factores de «Disciplina», «Compromiso», “Distribución de rol” y “Autonomía” eran significativos a nivel estadístico, por lo que se podía deducir que la disciplina razonada, así como la aceptación, por parte de los padres, de su compromiso con la crianza, combinada con niveles adecuados de autonomía o baja sobreprotección, son los factores que más favorecen la adaptación social del niño, puesto que tienden a disminuir sus problemas conductuales.






Por lo tanto, trata de reflexionar y de pensar sobre cómo hacer para que la herencia educativa que le dejas a tus retoños sea la que crees que les puede ayudar a conseguir en un futuro ser ellos mismos y sentirse satisfechos y con un autoestima alta.


Muchas veces esto los padres lo hacéis muy bien en el entorno laboral, de tal manera que transmitís vuestros conocimientos al resto con respeto, adaptando vuestro lenguaje y persiguiendo el objetivo de poner en marcha los proyectos y su seguimiento, sin menoscabar las relaciones humanas.











  • Huye de los extremos.

    Sentirá que le entiendes:




    Tratar de educar a tus hijos ejerciendo formas fijas hará que puedas llegar a ser demasiado duro o demasiado blando. Es preferible que trabajes la flexibilidad para que te permita adaptarte a las distintas situaciones que se te van a presentar y a los cambios propios que su edad va a requerir y que necesitará por tu parte un gran esfuerzo por actualizar las normas y la forma de tratarle.





  • Mantente cercano por encima de todo.

    Se sentirá querido:




    Introduce dosis de afecto siempre y en todas las circunstancias. Puesto que educar conlleva insatisfacciones, expectativas que no se cumplen y problemas importantes en muchos casos, es necesario que no se pierda el apego familiar, el cariño que siempre ha de prevalecer en las relaciones humanas y que entre padres e hijos, sois vosotros los que tenéis que proporcionarlo pase lo que pase. Cuando las cosas van mal es una de las cuestiones que antes se resquebraja y también de las que más huella deja, por lo que hay que tenerlo como premisa, intentando que los chavales no pongan en duda que se les quiere aunque se les regañe o se les sancione o se les impida hacer lo que quieren en un momento dado.


  • Ejerce el liderazgo que te corresponde.

    Le dará confianza




    Te toca ser proactivo, buscar en cada etapa lo que puede ser


    mejor para tu hijo, ofrecerle posibilidades para que se desarrolle según vuestros intereses y valores e involucrarte lo máximo posible en su formación y evolución. Eres insustituible y nadie lo va a hacer por ti o al menos, no tan bien como lo harías tú.








  • Las normas has de ponerlas tú.

    Le dará seguridad




    Es necesario que establezcas una serie de normas lo


    suficientemente claras como para que tu hijo crezca con seguridad y con referencias que le permitan guiarse. Y será igualmente importante que además de establecerlas seas capaz de ir adaptándolas al momento evolutivo por el que pasa tu hijo y con el mayor grado de sensatez para que sean lo más proporcionadas posibles.





  • Fomenta su autonomía.

    Le hará libre:




    Edúcale siempre con esta premisa para que todos sus avances le vayan inculcando la idea de que en una medida importante es él mismo quien lo produce. Cuanto antes tenga la oportunidad de ser autónomo más fácilmente conseguirá esas sensaciones tan placenteras que produce sentir que el motor de su educación es él mismo. El objetivo educativo se puede considerar cumplido solo cuando es uno mismo el responsable máximo de ello, es decir, cuando es uno el que piensa, el que busca recursos y el que decide cuál es el adecuado para ponerlo en marcha. Hay que trabajar para que cuando sean adolescentes estén en disposición de hacerlo y no se dejen llevar sin criterio ninguno.

    Evitar la sobreprotección

    en contra de lo que pudiera parecer, los protegerá en un futuro puesto que les permitirá ser ellos mismos quienes desarrollen estrategias para salir adelante y no crecer con la sensación de que necesitan que sean otros quienes lo hagan.


  • Reparte los papeles.

    Le dará coherencia:




    Si has de educar en solitario aprovecha tu red familiar y el entorno escolar para facilitarlo de la mejor manera posible. Si lo compartes con tu pareja aprovechad y distribuiros bien los distintos roles para que educar se convierta en un auténtico trabajo en equipo.

    Que no existan dos estilos educativos distintos sino una única forma de ejercerlo

    , con el necesario consenso que os lleve a poneros de acuerdo en el proyecto más importante que tenéis en común, “la educación de vuestros hijos”.






  • Fomenta su autoestima.

    Le hará fuerte:




    Consigue que durante los años que dura el proceso educativo tu hijo crezca sintiéndolo como algo positivo, como algo que aunque muchas veces le lleve a la frustración porque las cosas no salen como las espera o no consigue lo que quiere, mantenga la capacidad de pensar que finalmente sí lo conseguirá. La educación es un proceso que no acaba nunca y por tanto, un adecuado estilo educativo ha de centrarse en proporcionar a la persona la capacidad para disfrutarlo, para sentirse competente y capaz y para sentirse lo suficientemente bien como para no venirse abajo ante los fallos parciales. No olvidemos que es una carrera de fondo.


Si quieres más información o si quieres que te ayudemos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en el teléfono: 917672031 o en el mail: info@alavareyes.com


La Astenia otoñal



El Otoño produce Astenia:



La causa de la astenia otoñal se debe a la falta de adecuación del cuerpo a las variaciones de temperatura entre el día y la noche.


También influye la disminución de luz y sol, y los cambios producidos por las mismas razones en la dieta. Unos horarios caóticos, o cambios en los mismos, falta de descanso y poco ejercicio pueden producir astenia.



Síntomas:


Tristeza inexplicable y melancolía, ansiedad, falta de apetito, dolores de cabeza y fatiga, entre otros.


Los casos más graves presentan pérdida de memoria, bajadas de tensión arterial, falta de interés sexual o debilidad. La Astenia se puede presentar en cualquier grupo de edad, especialmente en mujeres un estilo de vida activo y estresante.



Lo que ayuda al cuerpo a superar la astenia otoñal





1.- Prestar más atención a la alimentación



: eliminar la grasa de la dieta, así como la pasta y los dulces. Sustituirlos por frutas y verduras, productos frescos y carnes ligeras. Comer más cereales y fibre.



2.- Incrementar los paseos al aire libre.



En este periodo, el cuerpo necesita luz directa del sol. Intentar caminar más.



3.- Dormir al menos ocho horas cada noche



y evitar más noches en blanco. Dedicarse a actividades relajantes.



Consejos útiles:



 



  • Beber más té.



    A medida que bajan las temperaturas, intentar beber una bebida caliente cada tarde. Infusiones, endulzadas con miel y limón pueden tener efectos beneficiosos en el estado general.


  • Hacer más ejercicio.



    Cada mañana, antes de empezar con las actividades habituales, hacer algunos ejercicios de estiramiento. Los músculos se sentirán aliviados y relajados, También se puede hacer un ejercicio ligero o de precalentamiento.


  • Relajarse con un baño caliente.



    Tomar un baño caliente al menos una vez a la semana para proporcionarse momentos de tranquilidad. Se pueden utilizar sales y aceites esenciales para despreocuparse de las preocupaciones de la nueva temporada.

Coleccionismo (y IV) ¿Dónde está el límite de coleccionar?, por Gloria Tudurí


¿Dónde está el límite de coleccionar?

Debemos tener cuidado con el prejuicio y no etiquetar al coleccionista como persona extraña; hay que diferenciar correctamente entre el que colecciona por diversión o el que lo hace de manera patológica. Aquí es importante que pensemos en un continuo que se extiende de un extremo al otro. En un  extremo tenemos a aquel que colecciona en una parte de su tiempo libre y  siente emociones positivas con ello.  Nos iríamos acercando hacia el extremo patológico, la acumulación compulsiva, cuando la persona siente angustia por coleccionar y comienza a descuidar pareja, amistades o trabajo. El coleccionista puede estar interesado en una pieza concreta y  estar alerta para conseguirla, estará nervioso unos días, o durante una puja, pero no vive angustiado por conseguir objetos; organiza y adquiere con ilusión cada una de las piezas de su colección, las enseña y comparte su afición con otros coleccionistas.

Se desconoce cómo comienza la acumulación compulsiva, pero suele estar relacionada con el trastorno obsesivo-compulsivo. En estos casos, la persona no es capaz de reconocer su problema, adquiere los objetos de forma compulsiva, no hay una búsqueda intencionada, colecciona todo lo que llega a sus manos, desconoce su valor,  deja de haber unos límites en cuanto a temática y cantidad. No hay un orden y clasificación en lo que adquiere, simplemente se acumula, deja de haber una temática delimitada y relacionada con los recuerdos, con las ilusiones; no  intercambia porque no se es capaz de desprenderse de nada, aunque el objeto no tenga ningún valor monetario o sentimental. Puede ocurrir que  la persona llegue a tener tal cantidad de objetos que esto pueda  dificultar la movilidad en su hogar, la limpieza, el poder  cocinar o dormir. Entonces, lo que le lleva a guardar objetos, es una obsesión y no una afición. Los pensamientos que le obsesionan pueden ser que le va a pasar algo grave como morirse o quedarse sin recursos económicos y por eso puede llegar a guardar todo lo que puede, hasta periódicos o, incluso, animales.

  • Coleccionar debe resultar algo divertido, que nos distraiga de las preocupaciones, que implique relacionarnos con los demás, que nos interese o nos traiga buenos recuerdos.
  • La colección se va formando poco a poco y con ello la ilusión de conseguir nuevas piezas. Es algo que se va creando; se construye a partir de unas experiencias presentes o pasadas, estando entonces ligadas a recuerdos de una época que nos trae emociones positivas
  • Coleccionar no debería de preocuparnos de tal forma que nos quite demasiado tiempo de otras áreas de nuestra vida. Siempre tiene que tener un sentido, un objetivo a conseguir y una vez alcanzado se termina la colección. No se almacena, se tiene en cuenta un espacio que es limitado. Se cambia de una  colección a otra, o de una tipología a otra y la persona es capaz de intercambiar algún objeto  con otras porque entiende que es una forma de relacionarse, de compartir su ilusión con otros.

Coleccionismo III ¿Los coleccionistas son un poco Peter Pan? por Gloria Tudurí



¿Los coleccionistas son un poco Peter Pan?





Una persona  se comporta de esta manera “Peter Pan”, cuando sólo piensa en sí misma, es manipuladora, no se ocupa de las cosas de forma responsable, resulta inmadura. Parece que siga, como en la infancia, poniendo a prueba los  límites que se le ponen; no “sienta la cabeza”. Le da miedo empezar a tomar decisiones y no se siente preparado para enfrentarse a los momentos de cambios que van surgiendo en cada nuevo ciclo vital, lo evitan; se resguardan permaneciendo estancados en una etapa de la vida en la que se sentían mucho más seguros, protegidos y acompañados. Los coleccionistas no tienen por qué comportarse de esta manera,  su colección puede traerles recuerdos de su infancia pero esto no tiene por qué ser una forma de permanecer a resguardo en el pasado. Son Peter Pan en el sentido de que mantienen en su recuerdo la película trayéndola al presente de vez en cuando y disfrutando con ella de cada escena y de cada personaje pero no hacen de su mundo una película infantil; los coleccionistas han abandonado su niñez pero les gusta recordarla. Por otra parte, aquel que quiere permanecer en esa edad hará todo lo posible por comportarse como lo hacía entonces , relacionarse con personas más jóvenes y realizar  actividades que son típicas durante la infancia, como coleccionar: ésto puede hacerle sentirse más joven.

¿Somos víctimas? (II) por Mercedes Moreno


Lo cierto es que frente a una situación, casi siempre hay más de una alternativa. Que no nos gusten estas, o no nos sean del todo favorables, no significan que no existan.


En algunos de los casos anteriores:








  • Podría ir al paro, aunque eso suponga, no cubrir gastos que tengo mensuales. En tal caso podría reducirlos o  pedir ayuda económica, etc.



  • Puedo llevarla a una residencia,  bajar mi nivel de vida y ponerle una ayuda en casa, en última instancia dejarla sola aunque conlleve el riesgo de accidente.



  • Puedo dejarle o aceptar lo que ha pasado.


Sentir que no tengo capacidad de decisión y que mi mal estar es impuesto nos permite desahogarnos y quejarnos y muchas veces obtener el apoyo emocional de otros. Sin embargo, también nos sitúa en una posición de impotencia que suele redundar en una baja autoestima ya que las víctimas son personas en inferioridad de condiciones.


Si soy consciente que estoy decidiendo y que tengo otras alternativas pero que para mi esta es la menos mala, automáticamente mi sentimiento y mi manera de enfrentar la situación cambiará.


Responsabilizarnos de nuestras alternativas aunque no nos gusten  nos lleva a la acción y al cambio o a la aceptación.




  • No he encontrado a nadie que cumpla mis expectativas y no quiero estar con cualquiera. Hasta que eso ocurra será mejor que lo acepte y aprenda a valorar con lo que sí cuento en mí vida.



  • Me sentiría muy mal si a mi madre la pasa algo, por eso voy a responsabilizarme de la situación y voy a hacer números a ver si puedo pedir ayuda y si no voy a ver como traerla a casa o ver como lo podemos gestionar de la mejor manera.



  • Aún a pesar de lo que mi marido ha sido capaz de hacer lo cierto es que lo quiero mucho y me está demostrando su arrepentimiento y mucho cariño. Sé que no me perdonaría no darle otra oportunidad a nuestra familia; No quiero estar con una persona que me ha traicionado por lo que aunque me duele mucho romper y abandonar nuestro proyecto de vida sé que no podré perdonarle así que es mejor que iniciemos caminos separados.



Hay muchos acontecimientos en nuestra vida o personas que van a pasar por ella, que no podemos elegir, pero lo que hacemos frente a ello sí depende de nosotros. Darnos cuenta de ello y pasar a

ocuparnos

en vez de a

preocuparnos

nos ayudará una vez más a eliminar sufrimientos inútiles y estériles como lo es el sentirse víctima.



¿Somos víctimas? (I) por Mercedes Moreno


Casi todos en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido víctimas de una relación o de una situación. Esto pasa cada vez que sentimos que no tenemos opciones o nos vemos obligados a aceptar algo que no nos gusta y nos hace daño.







  • “Tengo x años y estoy sin pareja y sin familia”.” No puedo ser feliz con mi vida así”.







  • “Siento que este trabajo está acabando conmigo pero no tengo otra alternativa que tragar”.







  • “Mi  madre está mayor y no tengo otra alternativa que traerla a casa. No puedo dejarla sola”.











  • “Mi marido sabía que no lo iba a dejar y aún así me ha sido infiel, me ha destrozado la vida porque ya nunca será igual, pero tampoco puedo dejarle”.


En todas estas situaciones nos enfrentamos a situaciones desagradables para nosotros frente a las cuales me siento  o me posiciono en situación de víctima porque considero que no tengo más alternativas.

Buenos Tratos: Un hábito saludable (y III) Gemma del Val



EXAMEN INTERIOR



:



1.-. ¿Por qué no somos capaces de ponernos en el lugar del otro (actitud empática) y actuar en consecuencia, ¿cómo deseas que te traten a ti? Y ¿Tratas así a los demás?


2.-  Debemos aprender a tratarnos con respeto a nosotros mismos y no tolerar los malos tratos físicos o psicológicos (tolerancia cero hacia el maltrato).


3.-  ¿Somos capaces de expresar a los demás de una manera asertiva que su comportamiento o actitud no nos gusta? ¿Somos capaces de pedir disculpas? ¿Y de aceptar críticas?


4.- ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a modificar nuestras conductas y/o actitudes que pueden no ser las más saludables?


5.-   ¿Pensamos que es el otro/a quien tiene que modificar  su actitud y no nosotros?


6.-   “Yo soy así y no puedo hacer nada para cambiar,…”


7.-    “Los buenos tratos son una cursilada,…”



Es importante comenzar a tomar medidas porque


“los buenos tratos se están perdiendo y olvidando”.







Los Buenos Tratos: un Hábito saludable





Cómo fomentar los Buenos Tratos



Aplicación de la Psicología en el ámbito de los Buenos Tratos



Variables emocionales que nos ayudan a mejorar los Buenos Tratos



Examen interior