¿Qué hacemos con los trepas?
Hay personas cuyo único objetivo en la vida es destacar sobre los demás y alcanzar un supuesto éxito personal, social o profesional.
En su camino utilizan todas las estrategias que les pueden acercar a sus metas. Son los llamados trepas.
Los trepas son grandes observadores, seleccionan muy bien a quienes pueden ayudarles para conseguir sus fines y son maestros en el arte de dividir y crear confusión a su alrededor.
«No hay que ser trepa para poder progresar en el trabajo, pero no les infravaloremos, no les demos ventaja y no actuemos ingenuamente en su presencia».
Vamos a tratar de exponer sus principales características y las estrategias que nos ayudarán a librarnos de estas personas tóxicas; personas que pueden resultar tan nocivas, como peligrosas.
¿Qué comportamientos presentan las personas trepas?
La persona trepa tiene un comportamiento avasallador. No repara en los medios, todo está subordinado a su fin.
«Generalmente, no son buenos compañeros o compañeras, aunque pueden realizar alianzas estratégicas, y unirse a determinadas personas, que pueden ayudarles o servirles de trampolín para alcanzar sus objetivos».
Una vez alcanzados, con una frialdad que puede parecer inhumana, la persona trepa es capaz de dejar tirados a los que hasta entonces eran sus aliados, si cree que ya no los necesita.
El trepa esconde sus auténticos objetivos. Utiliza el engaño y la manipulación. Tiende a ser fuerte y perseverante. Se cree muy autosuficiente, y tiene un alto concepto de si mismo.
¿Podemos detectar fácilmente a las personas trepas?
No, por eso hay que tener cuidado, a los trepas no se les detecta con facilidad. Son personas tan insaciables que, a menudo, incluso quieren aprender técnicas para “manipular” mejor, para envolver a los que les rodean y conseguir sus objetivos.
«Podemos ver en determinados cursos como algunas personas se esfuerzan por formarse en una serie de habilidades de comunicación, y lo hacen persiguiendo un objetivo menos noble del que desearíamos».
Afortunadamente, la psicología puede y debe servirnos para saber que son personas con ambiciones desmedidas y con pocos o nulos principios éticos.
Un análisis riguroso nos demuestra que, aunque parece que varían sus métodos, en realidad tienden a comportarse casi siempre de manera parecida. Una vez que los descubrimos, podremos elaborar una estrategia que nos permita librarnos de ellos.
Por ello es importante saber qué medios utilizan las personas trepas para conseguir sus objetivos.
¿Qué estrategias siguen las personas trepas para conseguir sus objetivos?
Nos será de gran ayuda saber la estrategia que casi siempre siguen, para conseguir sus objetivos.
- En una primera fase se acercarán a nosotros para ganar nuestra confianza.
- Enseguida nos empezarán a hablar mal de algunos de nuestros compañeros o jefes.
- Nos mentirán sobre determinados sucesos, para justificar sus conductas y lograr que desconfiemos de los demás.
- Intentarán llegar a nuestra parte más sensible, más humana. Pueden inventarse diferentes historias, en las que aparecerán como víctimas de una infancia desgraciada, de una juventud difícil, de una situación familiar límite… Cualquier cosa les puede servir, si con ello creen que se ganan nuestra simpatía y que nos producen pena.
- Pronto nos pedirán algunos favores: que les facilitemos determinados datos que nosotros tenemos, que les dejemos ver un trabajo que hemos hecho, que les hagamos una parte de sus tareas…
- Manifestarán un interés desmedido por hablar con el jefe o la jefa. Se servirán de las excusas más peregrinas, para ganarse su confianza.
- Buscarán cualquier situación que les de visibilidad ante los clientes, los superiores o las personas que ellos puedan considerar importantes.
- Tratarán de conquistarse a las “secretarias” y ayudantes o personas de confianza de los directores.
- Se adjudicarán trabajos que no han hecho y se colgarán “medallas” sin el más mínimo rubor.
- Nos dejarán en evidencia, ante nuestra cara de asombro.
- Hablarán a otros mal de nosotros.
- Cuando ya crean que nos han estrujado al máximo, y que no les resultamos útiles, nos tratarán con desprecio, para intentar hundirnos emocionalmente.
- Si en algún momento se convierten en jefes, actuarán de forma despiadada con sus colaboradores.
¿Cómo hacemos frente a las personas trepas?
Las personas trepas tienen también sus puntos débiles, aunque actúan con mucha habilidad.
Si las tenemos cerca conviene que reflexionemos sobre la estrategia que siguen, pues nunca realizan un movimiento al azar. De esta forma iremos por delante de sus maniobras. Les sorprenderemos con nuestras actitudes y no permitiremos que abusen de nuestros valores, ni de nuestros principios.
Casi todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida profesional, o tenemos en la actualidad, compañeros y compañeras “trepas”. Con frecuencia nos hemos podido sentir impotentes, utilizados, engañados, vendidos y sorprendidos en nuestra buena fe. A menudo estos hechos marcan a muchas personas, les crean enormes dudas, bajan su autoestima por los suelos y, sin pretenderlo, se apropia de ellas una sensación de desconfianza permanente.
No obstante lo anterior, desde la psicología sabemos que se puede vencer a los trepas. Con un poco de entrenamiento y de información podemos conseguir que sus fines oscuros salgan a la superficie y que sus estrategias no prosperen. Si utilizamos las técnicas adecuadas, y actuamos con habilidad, podemos vencerlos y estar bien en el trabajo, y en cualquier sitio que nos encontremos, por muchos trepas que tengamos alrededor.
Sabemos que estas personas van siempre “a tiro fijo” y son bastante previsibles. Nuestra ventaja es que podemos analizar sus comportamientos, y de esta forma adelantarnos a sus estrategias y superar sus trampas.
Los trepas intentarán segar la hierba a todo el que se cruce en su camino, pero si empleamos bien los recursos que nos proporciona la psicología, y los adaptamos a las características y conductas que presentan, no conseguirán que caigamos en sus trampas.
Las principales estrategias que nos ayudarán a no dejarnos manipular por los trepas son:
- No facilitarles información.
- No contestar a sus preguntas manipuladoras.
No tolerar que abusen de nuestra buena educación. No hay ninguna ley que nos obligue a responder a preguntas “trampa”.
- Estrechemos la comunicación con las personas con las que pretenden indisponernos.
- Cuestionemos por principio lo que nos puedan decir. No creernos situaciones o hechos que nos parezcan extraños.
- No respondamos a sus provocaciones.
- No les prestemos atención.
- Ignorarles por principio.
- No dejar que nos interrumpan en nuestro trabajo, seguir con lo que estábamos haciendo.
- Decirles “no” cuando nos pidan algo que no deseemos dar. Lo podemos hacer verbalmente o a través de nuestros gestos –a muchas personas les resulta más sencillo utilizando la comunicación no verbal-, pero recordemos que no tenemos que justificar nuestra negativa.
- No facilitarles la relación con personas de nuestro círculo.
- Poner “en aviso” a nuestros compañeros y amigos, para que estén alertas y no caigan en sus manos.
- No hacerles comentarios sobre las personas del trabajo.
- Mostrarles nuestro rechazo ante sus actuaciones. Ya sabemos a estas alturas que es más inteligente, hacerlo a través de nuestros gestos y acciones, que de nuestras palabras.
Y cuando nos cuente seguir alguna de estas indicaciones, recordemos que No podemos permitir que ninguna persona trepa nos condicione la existencia, y nos amargue en el trabajo o en cualquier esfera de nuestra vida.
Reflexión final
Con una persona sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa para conseguir sus fines, no caigas en sus provocaciones, protege tus emociones, activa tus defensas y actúa con inteligencia y con estrategia
(*) Se puede profundizar en este tema en el libro de Mª Jesús Álava “Trabajar sin Sufrir” Editorial La Esfera de los Libros