¿Cómo tener éxito en todas y cada una de las áreas de tu vida?
o «Cómo superar el fracaso y la frustración». Colaboración de Ángel Peralbo con «La Tarde» de Cadena Cope.
A pesar de que coincidimos en que el fracaso es un gran maestro, huimos de él con todas nuestras fuerzas. Buscamos el éxito inmediato, exigimos nuestros 15 minutos de fama y se nos anima a que «si lo intentamos podemos conseguirlo todo«.
Este post se titulaba «Cómo superar el fracaso y la frustración«, y en él se abordaba el tema que ha tratado magistralmente nuestro compañero, Ángel Peralbo, en su sección semanal en el programa «La Tarde» de Cadena Cope. Pero, en realidad..no queremos superar el fracaso…lo que de verdad queremos es no fracasar! Así pues hablemos sobre ello; hablemos sobre cómo triunfar en todas y cada una de las áreas de tu vida.
Seamos sinceros. ¿A quién no le gusta ganar? Desde pequeños se nos enseña que hay que esforzarse para ganar, que hay que entrenar para ganar y que hay que sacrificarse para ganar..en la vida! Todo muy profundo y muy interesante y, sin embargo, tremendamente contradictorio ya que, por otro lado, todos coincidimos en que el fracaso es un gran maestro, el mejor maestro, y veneramos las caídas en desgracia de héroes populares como Steve Jobs o Walt Disney aunque…pensándolo mejor…quizá no los veneremos tanto porque fracasaran como por el hecho de que, a pesar de eso, luego triunfaran de un modo escandalosamente llamativo. Y es que parece que el fracaso sólo se acepta cuando (y sólo cuando) es la antesala del éxito.
«Si te esfuerzas puedes conseguirlo todo» , «querer es poder«, «el universo conspira para que obtengas lo que quieres (o en el peor caso lo que mereces)», «resurgió cual Ave Fénix» o el conocido insulto típicamente americano «eres un perdedor«, son algunos de los «ladrillos» emocionales con los que, sin quererlo, vamos construyendo nuestra realidad y la realidad de nuestros hijos. Porque eso de «lo importante es participar» es para los hijos de otros, ¿no?
Queremos triunfar y queremos hacerlo ya. Youtubers de 11 años, niños promesa en programas de la tele, talent-shows para «reconducir tu vida». Todos queremos ganar, queremos triunfar y queremos nuestros 15 minutos de fama. Vivimos en una sociedad de ganadores inmediatos y, el que no alcanza ese estándar, es un fracasado. Pero ¿qué es el fracaso? o mejor aún, ¿qué es el éxito?
¿Cómo tener éxito en todo lo que te propongas?
Un titular tipo clickbait como éste posiblemente garantizaría muchísimas visitas al reportaje en cuestión. Porque no nos basta con tener éxito en una disciplina, queremos tener éxito en todas y cada una de las áreas de nuestra vida. La persona que triunfe a nivel personal lamentará no haber alcanzado objetivos profesionales más ambiciosos; la que haya triunfado en su carrera, cuando eche la vista atrás, pensará que se equivocó por no haber cultivado más otras áreas en su vida, etc.
Así pues podemos pensar que esta búsqueda del éxito no se basa tanto en una obsesión como en una evitación de un mal mayor. Una evitación del fracaso. Tener éxito es estar libre de fracaso. Y por eso es importante en primer lugar operativizar de qué hablamos cuando hablamos de éxito.
Algunos lo sospechaban, pero en 2003 Tom Shadyac lo confirmó. Morgan Freeman es Dios, o al menos lo fue en «Como Dios» (Bruce Allmighty). En esta moderadamente divertida comedia, Freeman es Dios y Jim Carrey es Bruce Nolan, un reportero frustrado con su profesión y con ser un «fracasado» aparentemente católico que no para de quejarse sobre las visicitudes y los giros que da su vida y que le impiden triunfar como él considera que debe hacerlo.
La trama se complica cuando Dios le da a Bruce sus poderes para ver si él es capaz de dirigir mejor el mundo y de ser más «justo» (ya que fracasar es, entonces, «injusto»). Tratándose de Carrey, el protagonista es ciertamente histriónico, pero se pueden extraer algunas lecciones muy interesantes de la película más allá de las típicas («en el fondo no estás tan mal» o «sé feliz con la gente que te quiere«…)
Puedes ver el trailer a continuación haciendo clic en la imagen.
Como nos deja intuir el trailer, el protagonista se dedica a explorar sus nuevos poderes con más o menos gracia y, en un momento dado (y resumiendo mucho) decide que si quiere ser un dios verdaderamente justo y ayudar a los demás, lo que tiene que hacer es concederle a todo el mundo todos sus deseos. Esto lleva a situaciones muy paradójicas como que a todo el mundo le toque la lotería y eso suponga que les tocan nada más que un par de dólares a cada uno, o que las personas que piden una cosa sigan pidiendo más, etc…y de esto aprendemos que no todos podemos tener éxito en lo mismo, estamos en equilibrio unos con otros y no es posible tener éxito el 100% de las veces el 100% del tiempo.
El fracaso es inevitable
Para que yo gane, otro tiene que perder. Es así. La madre naturaleza es cruel y despiadada. Para que a mí me toquen muchos millones en la lotería tengo que ser la única acertante o, como mucho, una de las pocas acertantes. Para que yo sea jefa el resto tienen que ser subordinados. Esto es la competición. Para que yo consiga mi objetivo, otros tienen que no conseguirlo.
¿Y qué pasa cuando competimos? Que, si ganamos nos gusta, y si perdemos nos gusta menos, por no decir nada. Hay gente que es buena perdedora, es cierto, pero son buenos perdedores a las cartas o al basket. En la vida no nos gusta perder, no nos gusta fracasar, porque confundimos lo que conseguimos y lo que hacemos con quiénes somos…y no queremos «ser» unos fracasados.
Fomentar la motivación por el proceso en lugar de por el resultado
Recientemente, distintos clubs de fútbol infantiles han propuesto y desarrollado una medida que elimina del marcador el resultado final, de manera que los goles no suman sino que se indica de un modo general (1-x-2) quién ha ganado sin «hacer daño». Pero no es éste el único ejemplo: colegios donde todos los niños reciben la misma medalla por participar en una carrera, eufemismos, grupos segregados… Intentamos proteger a los más pequeños de «ser unos fracasados» pero, ¿es ése de verdad el mensaje que queremos transmitir?
Es importante inculcar valores como la generosidad, la solidaridad y el trabajo en equipo en los más pequeños a través del deporte, sin duda. Y también es cierto que no es necesario hacer explícita la diferencia exacta con la que se ha perdido, pero también sabemos que el fracaso es inevitable y saber dónde podemos mejorar, si queremos hacerlo, es el primer paso.
Para que haya un ganador tiene que haber un perdedor, pero ¿queremos, literalmente y como reza el titular de la imagen anterior «proteger a esas criaturitas» de ser perdedores? ¿Estamos sobreprotegiendo a nuestros hijos? ¿No estaremos, sin quererlo, dejándoles claro que «fracasar es malo»? ¿Que hay que usar giros retóricos para evitar enfrentarnos al hecho de que no hemos triunfado? ¿Que debemos rechazar esa información o esa parte de nosotros que no ha tenido éxito? ¿Que el fracaso es algo a lo que no nos podemos enfrentar?
Puedes leer los artículos completos sobre esto aquí, aquí y aquí.
¿Cómo superar el fracaso y la frustración?
Es fundamental empezar a diferenciar entre la frustración y el sufrimiento gratuito. Tenemos que recordar (o aprender) que los errores no son el final y que depende de nosotros que nuestros hijos lo sepan también. Para ello la clave está en darnos cuenta que quizá estamos poniendo el foco en la comparación con los demás, permitiendo que los resultados nos hagan daño, cuando lo importante es orientarnos al proceso.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Es mejor quitar los resultados de los marcadores? ¿Es positivo el «medallas para todos»? ¿O son mejores los resultados generales? ¿Debemos generalizar?
Nuestro experto en el área infanto juvenil, Ángel Peralbo, nos da las claves para conseguirlo en «La Tarde» de Cadena Cope. Puedes ver su intervención completa haciendo clic en el siguiente enlace y también a través de nuestro canal de IVOOX aquí.
Igualmente, ponemos a vuestra disposición a nuestro equipo de atención Infanto-Juvenil y recordad que estamos siempre a vuestra disposición si tenéis cualquier duda al respecto.
‘La Tarde’, un programa presentado por Pilar Cisneros y Fernando de Haro, es un magazine de tarde que se emite en COPE, de lunes a viernes, de 15 a 19 horas. A lo largo de sus cuatro horas de duración, La Tarde ofrece otra visión, más humana y reposada, de la actualidad, en busca de historias cercanas, de la cara real de las noticias; periodismo de carne y hueso, dirigido por Pilar Cisneros y Fernando de Haro. Fuente: Cadena Cope