Manual para hablar de sexo con tus hijos
Colaboración de Silvia Álava, Directora del área infantil con Carolina Domínguez. Diario El Mundo.
Madrid.
En la era de la hipersexualidad la clave es hablar (y escuchar) con los hijos antes de la adolescencia. Sin censuras. Internet puede confundirlos y frivolizar emociones.
Una niña de cinco años no debería llevar sujetador, sin embargo, hay tiendas que venden esta prenda e incluso algunas con relleno. Todavía no son mujeres, por lo tanto, no corresponde que se comporten como tales. Pese a esto, cada vez hay más niños que se muestran en poses sensuales en fotos o vídeos que suben a las redes sociales o tienen comportamientos como el de un adolescente con las hormonas por las nubes. No hay un manual para ser padres, pero está claro que para que los hijos maduren es necesario no saltarse etapas. Hacerlo puede resultar peligroso.
La hipersexualidad infantil es un fenómeno creciente que se puede evitar de forma didáctica: conversando. «Hay que explicarles que hasta que no les crezca el pecho no es necesario usar un sujetador, por ejemplo», señala Silvia Álava, psicóloga y directora del área infantil del Centro Álava Reyes. «Lo que importa es mantener la calma para que el diálogo se interprete de forma natural», añade.
La clave es educar sexualmente incluyendo intimidad afectiva. «El amor, las emociones y los sentimientos son parte de la sexualidad», explica. El sexo no se limita a los genitales. No hay que incentivar conductas impropias. Tampoco censurarlas cuando percibimos que se trata de un simple juego. La solución es hablar y escuchar. Y evitar escandalizarse, claro. No hay que asustarlos con aspectos como las enfermedades de transmisión sexual o el embarazo no deseado.
«Muchos españoles siguen considerando que se trata de un tema tabú y se sienten incómodos. Podemos sentir más o menos vergüenza, pero todos estamos preparados», advierte la especialista.
¡Madres y padres, sepan que los niños ya no viven en una burbuja! Existe internet. Y ésta es una herramienta que sí puede resultar extremadamente peligrosa a la hora de buscar información desde el desconocimiento absoluto y a la que se puede acceder fácilmente. Con un móvil, un iPad o un ordenador son muchos los que navegan sin brújula. Por eso es necesario minimizar riesgos.