¿Nos da miedo ir al psicólogo?
María Sopeña Font
Psicólogo sanitario. Madrid.
No hace tanto, comentábamos en nuestro post Gracias #OT cómo parece mentira que en pleno 2018 nos sigamos refiriendo a los problemas emocionales con eufemismos como «estoy cansado», «no es nada» o «es una mala racha». Pero es así. Nos cuesta hablarlo, nos cuesta verbalizarlo y nos cuesta normalizarlo…quizá por miedo, quizá por vergüenza a que nos señalen con el dedo como débiles, o quizá no tanto por miedo a los demás sino por miedo a nosotros mismos, ¿quién sabe? La cuestión es que ir al psicólogo parece que sigue siendo «cosa de locos», o «cosa de otros».
Sea como fuere, la situación, por más que digamos lo contrario, no es mucho mejor que hace veinte años, y el psicólogo no ha dejado de ser una figura amenazante y poco visible. Paradójicamente, no ha ocurrido así con los coaches y terapeutas ocasionales, cada vez más visibles en empresas y en el general de la calle porque, ¿quién no tiene un amigo coach? o ¿quién no tiene un amigo en un proceso de coaching?
¿Por qué al dentista sí y al psicólogo no?
¿Qué estamos haciendo tan terriblemente mal los psicólogos? ¿Por qué al dentista sí y al psicólogo no? ¿Por qué no nos sentimos responsables de tener una muela picada (aunque sea casi exclusivamente responsabilidad de la higiene personal de cada uno) y sí por estar deprimidos, o tener problemas de pareja, o por necesitar apoyo para manejar una situación en el trabajo?
¿Por qué nos obligamos a tener una salud mental a prueba de balas? ¿Por qué seguimos pensando que la salud mental es cuestión de voluntad cuando otros problemas de salud (como el dentista o el colesterol) dependen mucho más de nuestra acción directa?
Y lo que es mejor ¿qué podemos hacer los psicólogos para cambiar esta percepción?
Don’t get too close. It’s dark inside. It’s where my demons hide.
No te acerques tanto, dentro está oscuro, es donde se esconden mis demonios.
En el último Lollpalooza (2018) celebrado en Chile, Dan Reynolds, vocalista de Imagine Dragons, sorprendió a propios y extraños con este emocionante discurso en el que «confesaba» haber pasado por dificultades emocionales, haber sufrido depresión y haberlo superado, a la vez que animaba a las personas que estuvieran pasando por lo mismo que él a decirlo en voz alta y a buscar ayuda.
La palabra «confesión» no es casual ya que no fueron pocos los medios que se refirieron a su discurso en esos términos…como si fuera algo que hubiera tenido que mantener en un vergonzoso secreto, o un crimen.
Podéis ver el vídeo de la actuación a continuación.
El 60% de los españoles no se han planteado ir al psicólogo nunca
El equipo de Acierto.com en un reciente estudio ha encontrado que, aunque casi la mitad de los españoles tiene dificultades par expresar y/o reconocer sus propias emociones, el 60% no se ha planteado nunca ir al psicólogo. Sólo un 22,5% lo ha hecho alguna vez y un escaso 18% se lo plantea de algún modo.
¿Qué otra problemática afecta a casi la mitad de la población? ¿Por qué no hacemos nada por dejar de sufrir? ¿Sabemos, acaso, que tenemos la opción de ser felices y que es una opción real y realizable? Los profesionales de la salud mental no acabamos de dar con la clave a pesar de poner todo nuestro ingenio al servicio de la creatividad y el marketing. Campañas como #DaleUnGiroAtuVida del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid intentan evidenciar que sí, que cada vez estamos mejor valorados, pero seguimos siendo «cosa de otros» y quien va al psicólogo parece que entra en un programa de protección de testigos.
El mencionado estudio nos recuerda que, muchas veces, las personas aluden a problemas económicos para no ir al psicólogo, ignorando que muchas pólizas contemplan esa opción incluyendo, por ejemplo, opciones de reembolso; o problemas de disponibilidad y tiempo, cuando actualmente cada vez son más los centros y psicólogos especializados en terapia «online».
Son muchas las opciones, son muchos los caminos y muchas las posibilidades. Desde la responsabilidad y el rigor que nos caracteriza no podemos sino aconsejaros que busquéis ayuda profesional especializada y de confianza; no es difícil informarse sobre las credenciales de un terapeuta, basta, por ejemplo, con solicitar su número de colegiado y preguntarle por su formación, su método y cómo va a desarrollar su intervención. Tenéis derecho. Tenemos derecho.
Podéis leer el estudio completo aquí y, recordad que, para cualquier duda, estamos a vuestra disposición, como siempre.