Gestionar nuestro tiempo, gestionar nuestra vida (Parte I)
Carlos Mateo Municio.
Psicólogo Clínico. Madrid.
Cuando gestionamos bien nuestro tiempo, estamos gestionando bien nuestra vida
“El tiempo es oro”, “tempus fugit” (el tiempo huye, se escapa), “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”,… . El lenguaje coloquial está salpicado de expresiones que aluden a la brevedad y lo efímero de la existencia, y a la importancia de hacer un buen uso del tiempo de que disponemos.
Pero, ¿Cuándo estamos haciendo un buen uso de nuestro tiempo? Cuando lo dedicamos a aquello que es realmente importante para nosotros, ya sea en un ámbito personal, ya lo sea a un nivel profesional.
Y ¿qué podemos entender por importante?
Importante es toda acción que conduzca, directa o indirectamente al logro de las prioridades que nos marcamos en la vida.
De modo que podemos afirmar que cuando dedicamos nuestro tiempo a actividades que no son importantes para nosotros, en alguna medida lo estamos malgastando, y por tanto lo estaremos gestionando mal.
Para que podamos llevar a cabo una buena Gestión de nuestro tiempo, y tengamos así la gratificante sensación de que estamos manejando bien nuestra propia vida, es fundamental tener claro cuáles son nuestras prioridades vitales, y por tanto el primer paso a dar en esta línea será el de pararnos a pensar, reflexionar y definir cuáles son esas prioridades.
Áreas o categorías esenciales
A lo largo del tiempo se han ido definiendo las que se consideran las áreas esenciales en la vida para la mayoría de las personas, y se han concretado de diferentes modos, pero confluyentes de una manera u otra en las siguientes ocho grandes áreas o categorías:
Área mental-intelectual: Las prioridades en esta área se centran en la adquisición y desarrollo de capacidades intelectuales relacionadas con el aprendizaje de nuevos conceptos y habilidades, tanto teóricos como prácticos, así como a la potenciación y expresión de las aptitudes creativas que cada persona tiene.
Área física y de salud: En esta categoría las prioridades se centran en alcanzar y mantener unos estados físico y mental saludables, lo que incluye una buena forma física, relacionada con algunas habilidades gimnásticas y deportivas, a su vez asociadas a un adecuado nivel de agilidad, flexibilidad, potencia y resistencia. También al establecimiento de unos hábitos de higiene, aseo y limpieza cotidianos, y a la adquisición de una alimentación sana y equilibrada, que nos permita estar bien nutridos y a la vez mantener un aspecto agradable, sin sobrepeso ni una excesiva delgadez.
Área familiar: Aquí las prioridades suelen estar asociadas a mantener unas buenas relaciones con la familia de origen – padres, hermanos y familiares en general, así como en su caso, al establecimiento de una familia propia – pareja e hijos, y al cuidado adecuado de la misma.
Área de relaciones sociales: Prioridades ligadas a la importancia que le damos a nuestras relaciones de amistad, como fuente esencial de gratificación personal, así como al resto de relaciones sociales que establecemos en los demás ámbitos de nuestra vida cotidiana, como es el caso del trabajo – compañeros, jefes, colaboradores – los vecinos, conocidos, …
Área Espiritual: Las prioridades en esta categoría se asocian a las diferentes actividades que podemos llevar a cabo, en relación a nuestra vida espiritual y a nuestras creencias personales, tales como prácticas religiosas, meditativas, acciones de índole humanitaria hacia personas desfavorecidas, actividades de voluntariado, etc.
Área profesional: Las prioridades de esta área implican llegar a conseguir un cierto nivel de dominio en la profesión en la que desarrollamos nuestra actividad fundamental, y alcanzar aquellas metas particulares que nos hayamos ido marcando a lo largo de nuestra carrera profesional.
Área económica: Las prioridades se centran en asegurarnos una buena posición económica para nosotros y nuestros seres queridos, de modo que tengamos cubiertas nuestras necesidades y deseos materiales básicos.
Área de ocio/tiempo libre: Esta Área se fija especialmente en aquellas actividades que a lo largo de nuestra vida se han ido convirtiendo en nuestras aficiones o hobbies, una vez constatamos que la práctica reiterada de las mismas nos satisface y hace que nos sintamos bien llevándolas a cabo.
¿Cómo aprender a gestionar nuestro tiempo y nuestra vida?
El primer requisito pues, para poder llegar a gestionar bien nuestro tiempo; es decir, nuestra vida, pasa necesariamente por la reflexión y el auto-conocimiento personal, que nos permita identificar con exactitud cuáles son nuestras prioridades en cada una de las grandes áreas anteriormente citadas, toda vez que el alcanzarlas se va a convertir en el verdadero motor e impulso de nuestras acciones, y por tanto de nuestra vida.
Es importante considerar que las personas nos encontramos en continua evolución, y sometidas a cambios constantes, lo que implica que nuestras prioridades también pueden ir cambiando con el paso del tiempo, de modo que lo que hoy es importante para uno, puede no serlo mañana y viceversa. Esto significa que conviene mantener siempre una actitud abierta al cambio, y revisionista sobre nuestras propias prioridades vitales.
También es importante caer en la cuenta de que el objetivo de Organizar nuestra vida se sustenta en dos bases fundamentales: La planificación – qué voy a hacer o qué deseo hacer con mi vida -, y la programación – cuándo voy a hacer cada una de las acciones que me propongo.
Organización = Planificación + Programación
En la segunda parte de este especial sobre cómo gestionar nuestro tiempo y nuestra vida, abordaremos un caso práctico que nos ayudará a saber definir nuestras prioridades, objetivos y a cómo conseguirlos . Para ello, necesitaremos papel, bolígrafo… y un poco de tiempo.
¡Os esperamos la próxima semana!