¿Cómo podemos negociar con adolescentes el horario de regreso a casa?
La adolescencia se caracteriza por la búsqueda continua de autonomía y autoconocimiento. Mientras nos retan, también están explorando los límites y conociendo quiénes son más allá de su familia. En esa búsqueda de libertad aparece el dilema de cuándo es una buena hora para volver a casa. Para ellos cualquier hora siempre es demasiado pronto, pero para nosotros ¿dónde está el equilibrio?
Cómo poner hora de vuelta a nuestros hijos
Sobre los 14 años nuestros hijos comienzan a pedirnos más espacio para salir con amigos, ya sea a cenar o a dar una vuelta con sus amigos. El psicólogo Ángel Peralbo en su libro ‘El adolescente indomable’ menciona la importancia de adelantarnos a este momento y comenzar a negociar hasta qué hora vemos prudente su salida.
La comunicación es fundamental, por eso la psicóloga Mónica Mendoza en el curso “Comunicar para motivar” resalta que la clave reside en buscar el equilibrio entre lo que ellos desean y lo que nosotros queremos.
Para comenzar a organizar estos momentos podemos tener en cuenta las siguientes claves:
- Establecer un horario en función a las responsabilidades. Debemos tener en cuenta el horario de estudio, deporte, responsabilidades en el hogar… para que las salidas no interfieran con lo que tiene que hacer. Por supuesto, será algo serio y debe quedar muy claro, por lo que dejarlo en un documento escrito y donde aparezcan las consecuencias de no cumplirlo, es una buena opción.
- El horario debe adaptarse en función de la madurez. Hay algunos chicos con los que sugerir un horario es suficiente, otros necesitan que lleguemos a acuerdos. Cuando pactemos el horario debemos tener en cuenta el tiempo con el que cuentan para desplazarse y dónde vivimos.
- Hablar cuando estemos todos tranquilos. Evitemos mencionar un horario con el que no está de acuerdo cuando se sienta enfadado. Esa conversación no va a llegar a buen puerto y probablemente desemboque en conflictos y gritos.
- Consecuencias lógicas. Hay ocasiones que a nuestros hijos se les olvide qué hora es o que incluso, jueguen con el límite del horario. En este caso, la consecuencia lógica será quitarle tiempo en la próxima salida. Si vemos que se sigue repitiendo este patrón la consecuencia lógica será no salir un fin de semana hasta que sea responsable con sus compromisos.
- Conoce su entorno y dónde va a ir. Una forma de sentirnos seguros como madres y padres es conocer a sus amigos y los lugares que van a frecuentar. También es recomendable tener los números de las familias de sus amigos, de esta forma, en caso de emergencia o que queramos comprobar si se queda a dormir, podemos ponernos en contacto.
Establecer horarios y límites a nuestros hijos es la forma de asegurarnos que crecen en entornos sanos y seguros.