‘Vida perfecta’: cómo la amistad puede salvarte de una crisis existencial
La segunda temporada de la serie creada por Leticia Dolera, que se estrena el viernes 19 de noviembre en Movistar+, muestra cómo el vínculo forjado por tres amigas les ayuda a afrontar retos existenciales. Óscar Pérez nos ofrece consejos para abordar estos dilemas vitales.
Perderse, caer y volver a levantarse es una constante vital que todos compartimos. Todo es más fácil de afrontar, eso sí, si lo haces rodeado de las personas que te quieren, valoran y respetan el camino que elegiste para ser feliz. La segunda temporada de ‘Vida perfecta’, la serie escrita por Leticia Dolera y Manuel Burque (estreno en Movistar+, 19 de noviembre), ahonda en las crisis existenciales de María (Dolera), Esther (Aixa Villagrán) y Cristina (Celia Freijeiro), un peculiar grupo de amigas que forjan auténticos vínculos emocionales, gracias al apoyo que se brindan ante los dilemas que se les presentan a cada una.
Tras una intensa primera temporada en el que las vidas de María, Esther y Cristina cambiaron a una velocidad vertiginosa, nuevos personajes e insólitas situaciones pondrán a prueba la capacidad de adaptación de las tres protagonistas. En esta segunda temporada llega el momento de afrontar las decisiones que tomaron con madurez y de encarar las nuevas vicisitudes con las que se van topando. Con las nuevas herramientas que van aprendiendo fruto de sus experiencias y con el férreo e inquebrantable apoyo que se brindan entre sí, recorren juntas un camino introspectivo para evolucionar como personas, con el divertido toque de humor característico de la serie.
El valor de un entorno sano es primordial para salir de cualquier atolladero. Porque, pese a que la vida suponga un auténtico reto que parezca imposible superar, el valor que te aporta la amistad y el respeto es fundamental. No en vano, “la comparación está en la génesis de los problemas existenciales”, explica el psicólogo del centro Álava Reyes, Óscar Pérez Cabrero, y disponer de un contexto favorable que te permita encarar de forma sana las frustraciones sobrevenidas son capital para reforzar la autopercepción de la persona.
“Las crisis van a ser inevitables al estar constantemente expuestos a momentos críticos”
Decepcionarse ante la incapacidad de conseguir ciertos hitos vitales que tu grupo de iguales sí ha logrado, es una de las causas más recurrentes para adentrarte en una crisis existencial. Es el caso de María, que decidió afrontar su primer embarazo pese a que su situación con Gari (Enric Auquer) es atípica, algo que le hará asumir la maternidad de una forma diferente a su amiga Cristina, que la experimentó junto a su marido Pablo (Font García). Por su parte, Esther tendrá que encajar cómo su anterior pareja rehace su vida, mientras que ella, que alberga inseguridades tanto personales como profesionales, tendrá que buscar forzosamente el impulso necesario para ser valiente y luchar por su felicidad sin las excusas y lamentos de la primera temporada.
Ante las eventuales frustraciones a las que estamos expuestos, como es el caso de las hermanas protagonistas de la serie, el psicólogo Pérez Cabrero sostiene que “las crisis van a ser inevitables al estar constantemente expuestos a momentos críticos”, por lo que se trata de “tener las herramientas adecuadas para salir adelante”. La experiencia es un grado y, en esta segunda temporada, descubriremos si María, Esther y Cristina han aprendido de sus errores y aplicarán las enseñanzas de sus vivencias pasadas.
Crisis de autostima y problemas de pareja
La necesidad de validación externa en una época en la que las redes sociales están tan presentes en nuestro día a día es, en muchas ocasiones, un generador de frustraciones inherente a nuestro tiempo. Eso mismo le sucede a Esther, artista de vocación y profesión, que sufre ante la presión social para estar presente en las redes sociales y ante la valoración de su obra por parte de su entorno más cercano. Para ello, el psicólogo Pérez Cabrera aconseja que, para tener un concepto sano de autopercepción, “hay que fijarse en las cosas positivas que ya tenemos para afrontar con mayor estabilidad los retos que nos propongamos”.
Constantemente, los seres humanos estamos abocados a tomar decisiones y, muchas veces, no somos conscientes de que las estamos tomando. La naturalización de acciones a causa de la repetición de las mismas hace que la pasión y la emoción decaigan con el tiempo. Es lo que le pasó a Cristina, la amiga de Esther y María en ‘Vida perfecta’. En esta segunda temporada se enfrenta a una crisis marital y, con la fortaleza que le aportan sus amigas, consigue superarla. Aunque debemos saber medir cada situación concreta, “hay que plantearse hasta qué punto merece la pena sacrificar una relación por un deseo que puede ser pasajero. También entran en juego los valores de cada uno”, indica Pérez Cabrero.
A juicio de este profesional, una de las claves para confrontar un dilema emocional o sentimental es que hay que asimilar el hecho de que hay que atravesar un duelo y de que es inevitable pasarlo mal: “Cuando perdemos a un familiar, aceptamos naturalmente este proceso. Pero cuando perdemos un trabajo o rompemos con la pareja, no siempre nos concedemos ese permiso y tenemos que asimilar que hay que afrontar ese duelo y no huir”, señala.
Una vez que superamos ese momento, conviene esbozar planes asequibles y a corto plazo, “pequeños objetivos que nos ayuden a valorar de nuevo los pequeños detalles” y que nos permitan disfrutar de “satisfacciones” que nos hacen crecer, explica Pérez Cabrero.
La vida no es un frenesí
Tanto por parte de las hermanas María y Esther como por parte de Cristina, la desmitificación de esa ‘Vida perfecta’ es una de las trabas que les ha dificultado ser felices consigo mismas y con su entorno más cercano. No obstante, tras emprender juntas un camino repleto de dificultades, aprenden a poner en valor lo cotidiano y a aceptar los cambios con más madurez que antaño.
“La vida no va a ser un frenesí constante, pero eso no significa que no se va a tener buenos momentos”
Este proceso de autoconocimiento, estima Pérez Cabrero, se logra “normalizando el hecho de que la vida no va a ser un frenesí constante, pero eso no significa que no se va a tener buenos momentos”. Tanto de lo rutinario como de lo inesperado “se pueden extraer cosas buenas” y, en ese camino que han recorrido juntas María, Esther y Cristina, “puedes descubrir a gente nueva, con quien coincides en algunos aspectos y pueden aportarte”.
María logra afrontar su ansiada maternidad en la primera temporada, sin embargo, la experiencia no le resultará como esperaba. Ante esto, decide acudir a una psicóloga, que le ayudará a comprender algunas de sus reacciones ante este suceso, así como a indagar en sus problemas y afrontar un proceso de introspección. “Un ejercicio recurrente en consulta es pedir introspección a los pacientes, en los que se les exige identificar qué es exactamente lo que se les pasa por la cabeza y qué es lo que sienten”, agrega Pérez Cabrero.
La segunda temporada de ‘Vida perfecta’ muestra cuán doloroso puede ser enfrentarse a dilemas existenciales complejos y retrata cómo tres mujeres tienen que madurar a marchas forzadas y entender que la vida no es un constante derroche de pasión y felicidad. Gracias al esfuerzo individual y al apoyo que se brindan, la serie refleja un proceso vital en el que cada una de ellas aprende a vivir el amor, el trabajo y la maternidad de una forma más saludable.
La segunda temporada de ‘Vida Perfecta’ es una producción de Movistar+ junto a HBO Max, en colaboración con Corte y Confección de Películas y en asociación con Beta Film. Su creadora, Leticia Dolera –que también elabora el guion junto a Manuel Burque, que interpreta a Xosé–, vuelve a encarnar el personaje de María y a formar parte del trío protagonista junto a Celia Freijeiro y Aixa Villagrán.
Dolera codirige la serie junto a Irene Mora y Lucía Alemany, y amplía una primera temporada que ya fue galardonada en Cannes como la mejor serie de 2019, la mejor interpretación femenina (Leticia Dolera) y el mejor reparto (Celia Freijeiro y Aixa Villagrán).