Inseguridad, miedo y aislamiento: cómo afecta la pandemia del coronavirus a las personas con problemas de salud mental

VICE
13/03/2020

La angustia del encierro, el miedo difuso al aislamiento, el no poder hablar de otra cosa pueden afectar negativamente a nuestra salud mental.

Lavarnos las manos, toser sobre nuestro codo y no salir de casa de casa a menos que sea imprescindible, estés o no enfermo. Parece que poco a poco vamos asimilando el nuevo catecismo epidemiológico, apremiados por imágenes e informaciones -muchas veces contradictorias, pero siempre urgentes- que saturan nuestras redes y secuestran nuestra atención. Pero a medida que comprendemos y asimilamos que para la mayoría lo peor del COVID-19 no será contagiarnos sino contagiar al resto -poniendo en peligro a los más vulnerables, agravando y alargando la crisis-, van surgiendo otras preocupaciones, que no son para nada menores: la angustia del encierro, el miedo difuso al aislamiento, el no poder hablar de otra cosa.

«Existe el miedo a pasar demasiado tiempo con familiares con los que la relación está deteriorada”

Sin embargo, estas micro angustias constituyen solo una pequeña parte de la realidad actual. Que esta crisis esté evidenciando nuestra interdependencia social y económica puede ser una buena forma de pensarnos como sociedad, pero para muchas personas esta incertidumbre se suma a problemas previos de salud mental y los agrava: para ellos asimilar la soledad, el miedo al contagio, el cambio de hábitos o la inseguridad económica puede volverse mucho más difícil y acabar afectando al desarrollo normal de su tratamiento psicológico.

“Las personas con problemas de salud mental como depresión o ansiedad se esfuerzan cada día por mejorar sus síntomas o neutralizarlos, y esta situación puede hacer que se desestabilicen y sientan que su evolución puede empeorar”, explica Ines Bárcenas, psicóloga experta en counselling y psicoterapia, y añade: “es una prueba más, un interrogante nuevo que la vida nos pone a todos, solo que muchos se sienten agotados de tanto adaptarse, de tanto luchar”. Por ello, en realidad, no se trataría tanto de que la situación sea distinta en términos de salud mental para algunos sectores de la población, sino de que tenemos que asumir entre todos nuevos pactos sociales para seguir adelante; y eso está exigiendo más precisamente a quienes ya les suponía un problema hacer frente a la vida diaria.

Así lo confirma Tatiana Fernández, doctora en en Psicología Clínica y de la Salud: “esta nueva situación va a requerir hacer un ejercicio de aceptación enorme, asumir que nos encontramos en una situación donde lo que era importante para nosotros hace dos días ha dejado de serlo. La prioridad ahora es otra, tenemos que asumir que nuestros objetivos diarios han cambiado y que lo primero es la salud y la seguridad de todos”.

Atendiendo a las angustias específicas que están encontrando en las consultas con sus pacientes, las expertas señalan varias preocupaciones que se repiten: “El miedo más frecuente es al aislamiento, pero también ocurre al contrario, miedo a pasar demasiado tiempo con familiares con los que la relación está deteriorada”, explica Fernández, que también se ha encontrando con una angustia específica en las consultas que reproduce lo que estamos viendo en los medios de comunicación a diario, “como quedarse sin alimentos, medicamentos, enfermar, contagiar a un familiar mayor, perder viajes o actividades programadas que tenían un valor personal importante”.

De hecho, todas están de acuerdo también en que la responsabilidad en estos miedos que se han despertado o evolucionado durante los último días, no está solo en el coronavirus, también hay que señalar a los medios como generadores de un relato poco tranquilizador. “Lo que más hemos visto durante las últimas semanas es miedo a la posible pérdida de un ser querido. Evidentemente se habla de personas mayores que ya están en riesgo por su misma edad, pero la sobreexposición a tanta información ha hecho despertar la alarma de las personas más sensibles”, afirman desde el portal de terapia psicológica online ypsihablamos.com, Raquel Moyá y Estefanía Amengual. “Todos sabemos que nuestros abuelos van a morir algún día, pero ahora y últimamente entre los pacientes, se ha convertido en preocupación diaria. También hemos detectado miedo a morir en los propios pacientes”.

A su vez, existen casos más específicos, Fernández cuenta entre ellos, por ejemplo, que los síntomas podrían empeorar “si se trata de una persona que ya presentaba una preocupación excesiva por la limpieza, como cuando estamos ante un caso de trastorno obsesivo-compulsivo, o si se trata de una persona con miedo a contraer enfermedades, el tener información continuada en todos los medios sobre el problema y el que sea el tema de conversación actual provocará un aumento considerable de su ansiedad, con la posibilidad de que el problema que le trajo a consulta se magnifique”. Lo mismo ocurre para quienes se les ha recomendado aumentar las actividades sociales diarias y el ejercicio físico: “ahora se encuentran con que la situación les fuerza a estar aislados e inactivos, lo que cronificará el problema”, concluye la psicóloga.

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