“Cuanto mejor se sienta una persona, más productiva será”
“Las personas que están bien emocionalmente cometen menos errores en el trabajo y buscan soluciones creativas”. María Jesús Álava Reyes es una prestigiosa psicóloga y comunicadora cuyo proyecto ‘La felicidad productiva’ está teniendo gran impacto en las empresas. Aquí desgrana las claves para que nuestras emociones no nos paralicen.
Sentirse bien o mal en el trabajo, ¿determina mucho nuestro bienestar en la vida?
El trabajo repercute de forma muy directa en la vida de las personas. Hay un metaanálisis de más de 223 estudios hechos en diferentes países con 30.000 empleados que señala que el trabajo puede determinar hasta un 15% la satisfacción vital y la felicidad.
Eres autora de libros que son un referente como ‘La inutilidad del sufrimiento’ o ‘Trabajar sin sufrir’. ¿Lo pasamos peor de lo que parece?
El trabajo se encuentra en el origen de hasta el 40% de los problemas que causan sufrimiento. En nuestro Centro de Psicología hemos hecho estudios con más de 15.000 personas. La media indica que el 40% de las situaciones en las que las personas muestran síntomas de ansiedad están motivadas por asuntos laborales. El trabajo está detrás del 25% de los problemas de pareja.
¿Hay diferencias entre hombres y mujeres?
Las mujeres sufren tres veces más depresión que los hombres y dos veces más carga de ansiedad. En el trabajo, los hombres se sienten más presionados por conseguir objetivos y las mujeres sienten más insatisfacción por la falta de reconocimiento.
¿Qué sucede con los trabajadores que se sienten bien? Ahí entra tu proyecto ‘La felicidad productiva’.
Sentirse bien hace que las personas estén motivadas, y cuando esto sucede hay más desarrollo personal, más proyección, incluso más ingresos, porque aumenta la productividad y baja el absentismo. Cuando las personas se sienten bien en el trabajo, las organizaciones retienen el talento.
El bienestar emocional impacta en la productividad de los empleados y mejora la salud en general.
¿Qué es lo que más fideliza?
Que los empleados sientan que la empresa se preocupa por ellos y que les da recursos de gestión emocional para combatir situaciones de tensión en forma de talleres, por ejemplo, para identificar la ansiedad y el estrés y cómo combatirlos. Las prioridades de los empleados han cambiado. Ya no importa solo el salario: la batalla la está ganando la retribución emocional.
Conoces bien lugares donde la seguridad es esencial, como aeropuertos o centrales nucleares. ¿Qué papel tienen ahí las emociones?
Son más importantes aún. Las personas que están bien emocionalmente cometen menos errores y esto es clave en situaciones donde la seguridad es esencial. Los trabajadores que se sienten bien reaccionan mucho antes en momentos de dificultad y además buscan soluciones creativas.
¿Qué pueden hacer las empresas para potenciar la salud de sus empleados?
Las empresas tienen que hacer una apuesta integral por la salud física, pero también por la emocional y por formar en competencias emocionales a los trabajadores.
Esto es clave para reducir los niveles de estrés y de ansiedad. Las empresas pueden ayudar mucho a encontrar soluciones, pero no todo depende del exterior. La automotivación es esencial. Y a eso también se aprende.