Recalca la psicóloga, María Jesús Álava Reyes la importancia de respetar los Criterios de los Profesionales Expertos, que acumulan muchos años de estudios especializados e infinidad de experiencia práctica. No frivolicemos los estudios de Salud Mental.

No es algo generalizado porque por ejemplo en la ingeniería es difícil de pensar que se les ponga en entredicho. Ese opinar como si estuvieran al mismo nivel de conocimiento sí se da en profesiones como la enseñanza, psicología, medicina, derecho o comunicación.

Cuando se da a nivel de calle, es un trabajo añadido para un profesional. Un paciente que le intenta decir al profesional lo que hacer, o un profesor que siente lo mismo de un padre. Muchos sanitarios han vivido las molestias que ocasionan estas personas que te dicen lo que hacer en tu especialidad.

Produce descrédito y sensación de indefensión. Muchas personas se quedan perplejas al ver sentencias que no tienen que ver con profesionales expertos. Aprendemos por modelo y algunos resultan confusos y disuasorios.

Hay unos chicos que han agredido a unas niñas de 12 y 13 años. Hay informes contundentes de la Fiscalía y el juez los desatiende. Además, a la salida de estos chicos se reciben como héroes. El mensaje a los jóvenes es que agredir a chicas les hace más malotes. Con esto, se nos pone los pelos como escarpias. Pero también hay que pensar con lo que sucede en la sociedad para que niñas de doce o trece años sientan que tienen que tener relaciones sexuales con chicos mayores para ser aceptadas.

¿De verdad hay jueces que piensan que todos se confunden? ¿Quién les pide responsabilidades cuando en contra de los informes conceden el tercer grado a un delincuente que luego vuelve a delinquir? Se hacen informes profesionales que no se tienen en cuenta. No es un crítica general, pero hay hasta confrontación de los criterios profesionales con los políticos. Lo hemos visto con el indulto de la semana pasada. Con un niño que lleva dos años secuestrado, con multitud de informes en contra, y se concede un indulto. Se le ha destrozado dos años la vida y ahora el niño tiene que volver a enfrentarse a eso cuando reconoce que tiene miedo a su madre.