¿Se puede evitar el suicidio?
Las personas que intentan quitarse la vida suelen comunicar sus intenciones, por lo que los avisos se convierten en una señal de riesgo
El suicidio tiene lugar cuando una persona pierde la esperanza y siente que no tiene futuro, que su vida se ha venido abajo y que su muerte es lo mejor para ella, incluso para su entorno.
En nuestro país, en 2021, 3.941 personas se quitaron la vida. De ellas, un 74 por ciento fueron hombres (2.938) y un 26 por ciento mujeres. El desenlace fatal se da una vez de cada 18 a 20 intentos.
El Observatorio del Suicidio en España habla sobre algunos estudios epidemiológicos que han llegado a la conclusión de que la ideación suicida podría afectar a lo largo de la vida a «entre el 5 y el 10 por ciento de la población española».
¿Cómo afecta un intento de suicidio a la persona y a su entorno?
La vida de alguien con tendencias suicidas y de todo su entorno se transforma radicalmente tras un intento autolítico (de suicidio).
Recordemos que el suicidio se da dentro de un cuadro depresivo y la depresión es el trastorno psicológico que más afecta a la población occidental en nuestros días, habiéndose convertido en la segunda causa de baja laboral en la Unión Europea.
¿La incidencia es la misma en mujeres y hombres?
No es la misma. En la mujer la depresión se caracteriza por un predominio de la tristeza y los sentimientos de culpa; mientras que en el hombre lo hace a través de sentimientos de irritabilidad y comportamientos agresivos, lo que provoca que sea más difícil su diagnóstico.
La tasa de suicidios es cuatro veces mayor en los varones, siendo a partir de los 70 años cuando más aumenta esta probabilidad.
¿Tenemos un buen sistema de prevención?
A pesar de que los suicidios aumentan año tras año, España no cuenta con una estrategia para la prevención. No hay coordinación en las respuestas autonómicas y tampoco se pueden ver campañas de sensibilización a nivel estatal.
Son muchas las asociaciones, profesionales y afectados que llevan años reclamando más atención hacia este problema. Por ejemplo, el Consejo General de la Psicología insiste en la «necesidad de diseñar e implementar una estrategia multidisciplinar y coordinada para la prevención del suicidio, que ofrezca una respuesta integral y que dé cuenta a la naturaleza multicausal de los comportamientos suicidas.
Se puede hablar de suicidio y, de hecho, se debe hablar de ello para poder hacer prevención y evitar que sea un tema tabú.
Sabemos que en las circunstancias actuales una de cada cuatro personas tendrá problemas de Salud Mental. Pero a pesar de este dato, recordemos que en Atención Primaria en España no llegamos a seis psicólogos por cada 100.000 habitantes, mientras que en Europa hay 18 profesionales por cada 100.000 habitantes.
Cómo se debe actuar ante el riesgo de suicidio:
– Ante pensamientos suicidas, lo mejor es eliminar del entorno cualquier medio de suicidio y acudir a un especialista.
– En contra de lo que muchos piensan, las personas que acaban realizando un intento de quitarse la vida suelen comunicar sus intenciones con anterioridad, por lo que los avisos de suicidio deben considerarse como señales de riesgo.
– Las Asociaciones como Aipis (Asociación de Investigación, Prevención e investigación al Suicidio), son muy importantes. Aipis tiene dos funciones: Personas con tendencias suicidas (que sobreviven al suicidio) y Supervivientes vivientes (padres o familiares de los que se suicidaron).
Reflexión final:
Cuando una persona sufre una depresión profunda, las ilusiones desaparecen y la desesperanza inunda su vida. En esos momentos no puede razonar ni tiene fuerzas para luchar. La mejor ayuda, además del cariño de las personas queridas, es proporcionarle el tratamiento que necesita a través de un buen servicio de Salud Mental.