Psicología: Los motivos para evitar tomar decisiones que obedezcan más a impulsos que a nuestra racionalidad
Hay selecciones que marcan nuestra vida. Algunas las hacemos con más o menos libertad, pero cuidado con las selecciones que obedecen más a impulsos que a nuestra racionalidad. No solamente seleccionamos personas, también hechos y actitudes ante la vida. Hay algunos que nos vienen impuestos como el lugar dónde nacemos o nuestra familia. Que nazcamos en un ambiente pobre, medio, rico, son hechos que nos vienen impuestos.
¿Son determinantes nuestras condiciones impuestas?
Al principio nuestros padres seleccionan por nosotros y muchas personas creen que nuestra vida queda determinada por esto. No es cierto, son hechos que nos condicionan pero no somos meros espectadores que contemplan una partida con las cartas marcadas. La prueba es que hay gemelos que han vivido las mismas circunstancias y que son personas muy diferentes. Lo importante es la actitud que tengamos.
Podemos elegir cómo sentirnos con nosotros y cómo salvarnos en situaciones dramáticas. Podemos elegir la actitud que no depende de los hechos y sí de los pensamientos. de como seamos dueños de la voz interior de nuestro estado de ánimo, una actitud que se puede trabajar muy bien con la psicología.
En la selección de un candidato para un puesto de trabajo se pueden utilizar cuestionarios, dinámicas de grupos, casos prácticos. Los psicólogos tienen más posibilidades de acertar que los que eligen por química o simpatía. No tenemos costumbre de seleccionar a qué vamos a dedicar nuestra vida en cada momento. Constantemente los hechos cambian y lo que pudo ser erróneo en un momento ahora puede no serlo. La vida es un cambio y debemos revisar constantemente decisiones importantes.
La importancia de ser reflexivo en las selecciones personales
Cuántas veces seleccionamos a golpe de emoción ¿A quién elijo como pareja? ¿Qué trabajo voy a elegir? Hay personas muy reflexivas a nivel de trabajo y todo lo contrario a nivel personal. Hay que ser más reflexivos ante decisiones que pueden marcar nuestra existencia y de lo que nos rodean. Decisiones impulsivas pueden llevar a separaciones traumáticas, consecuencias personales. Hay que cuidar a quién elegimos para estar a nuestro lado.
Una buena selección implica un análisis objetivo que solo se puede hacer si nuestro estado emocional es el adecuado. Es difícil llevar la vida que nos gustaría pero es imposible si no tenemos claro cómo somos, dónde estamos, qué queremos, qué debemos cambiar o mejorar y cómo podemos sacar lo mejor que llevamos dentro.
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