Psicología: Cómo hacer críticas constructivas y no destructivas
Pasamos mucho tiempo criticando o escuchando críticas, pero en general lo hacemos de forma impulsiva, como un desahogo, y no como una actitud serena y reflexiva que nos ayude a comunicarnos mejor. Si somos razonables, cuando formulamos una crítica es porque nos sentimos incómodos o porque queremos salvar la relación con la persona criticada. Hacer una crítica no implica necesariamente que la otra persona cambie su comportamiento.
Entre los principales errores está el de hacer una crítica en un momento inapropiado. Cuando el que la recibe está en un momento de debilidad o cuando el que la lanza no puede pensar con credibilidad. Críticas que son generalizaciones como «siempre haces lo mismo», «todo lo haces mal». Cuando empleamos calificativos como «eres un inútil, un vago, un desastre. Preguntas agresivas como «¿No te da vergüenza…?», comparaciones y exigir lo que nosotros no hacemos como «no se te ocurra salir», mientras tú sales. Juicios de valor, diagnósticos sobre la forma de ser como por ejemplo «cómo a ti te da igual el dinero no te importa derrocharlo»… En estas situaciones es normal que las críticas se vean de forma negativa.
Es importante criticar con autocontrol emocional. Cuando nos dicen que hemos hecho algo mal es humano que lo acusemos. Es importante distinguir un juicio negativo sincero y con ánimo de ayudar de una crítica destructiva. La primera nos ayuda a mejorar con la segunda hay que poner distancia emocional.
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