«No solo se puede ser feliz, sino que se puede aprender» M.ª Jesús Álava Reyes para el Diario de Burgos

MARÍA ALBILLA MUÑOZ (SPC)ç
Diario de Burgos

«Decimos que somos felices pero en realidad no es así. Nos contentamos con no estar mal, pero eso no es ser feliz»

La felicidad. Ese estado tan…que… y que hace sentir…cuando… La felicidad es cuando… Venga lo que venga a la mente para completar las frases, la felicidad tiene una difícil definición más allá del estado de grata satisfacción espiritual y física. Y esa dificultad radica en que cada uno es feliz de una manera y cada uno llega a esa plenitud por su propio camino. Solo hay una cosa clara y es que se puede ser feliz.

María Jesús Álava Reyes conversa con el Diario de Burgos sobre la felicidad y su percepción de un sentimiento universal y ansiado por el hombre desde que es hombre. Porque ser feliz no es cuestión de tener o no tener, de estar acompañado o no, de tener pareja, o no; de nadar en la abundancia o ir más justo a final de mes. Ser feliz es quererse a uno mismo, perdonarse y relacionarse con los demás desde la bondad.

Ya es hora de ser feliz

El primer paso para ser feliz es querer ser feliz y para ello uno tiene que aprender a perdonarse a sí mismo por todas aquellas cosas que hay en la vida que le impiden, precisamente, ser feliz.

La psicóloga María Jesús Álava ha dedicado muchos años de su carrera profesional a indagar en este ámbito y apunta que, en España, hay «un cierto conformismo respecto a la felicidad». Decimos que lo somos, pero la realidad no es tanto así. «Somos curiosamente poco ambiciosos». Nos contentamos con no estar mal, pero eso no es ser feliz.

El trabajo es uno de los entornos en los que más infelicidad hay. El 60 por ciento de la insatisfacción vital se genera en este entorno en el que la ansiedad y el estrés campan a sus anchas. «Las mujeres suelen sentir insatisfacción porque se ven poco valoradas. Los hombres hablan de malestar, pero apuntado hacia la presión por los objetivos que tienen que lograr», explica Álava.

Las dificultades, generalmente, están en las relaciones entre iguales, pero el problema radica en que los trabajadores no están formados en técnicas para estar bien en el entorno laboral. «El trabajo nos lo podemos narrar en negativo o al contrario, con una buena actitud. Porque ¿cuál es el objetivo final? Conseguir estar bien. Y esto depende de cómo esté tu mente, lo que hará que puedas estar razonablemente bien, incluso en condiciones difíciles». La puesta en práctica ahora depende de uno mismo.

Otra de las reflexiones en las que incide la psicóloga es que, «después de años de experiencia, mi equipo y yo nos dimos cuenta de que muchísimas personas no eran felices, precisamente, siendo buenas personas. Cuando tienes un nivel de autoexigencia alto contigo mismo, más nivel de exigencia tienes con los demás y más difícil es perdonarte a ti y, por tanto, a los demás. A quien tiene menos escrúpulos, le resulta mucho más fácil esto», comenta.

Las 3 claves de la Felicidad

En 2014, María Jesús Álava escribió un libro con un título revelador: Las tres claves de la felicidad, en el que anima a mirar sin miedos: «Perdónate bien, quiérete mejor y coge las riendas de tu vida». Así, por este orden. Y recalca: ¿depende de la vida que estés viviendo, de las circunstancias que te acompañen? «No. Hay personas en circunstancias muy difíciles que consiguen ser felices y lo mismo al revés», apostilla. «Las consultas de psicología están llenas de gente que aparentemente lo tiene todo, también una tremenda sensación de infelicidad e insatisfacción profunda».

Para Álava, la lección más importante es que se puede llegar a ser feliz, pero, más aún, que se puede aprender para llegar a ello. «E insisto, lo más importante es que aprendas a valorarte y que ganes en confianza y en seguridad en ti mismo, porque hay muchas personas que no se creen que tienen derecho a ser lo mejor de sus vidas».

Este drama está muy vinculado al temperamento que tiene cada uno, explica la experta, ya que, generalmente, quienes son más alegres, más sociables, tienden más a vivir situaciones de felicidad, mientras que a los que son más pesimistas les cuesta extraordinariamente dar esos pasos para consentirse alcanzar la felicidad.

En la actualidad, las herramientas que están al alcance de cualquiera para vivir en este estado de placer son infinitas, sin embargo, la tristeza de la depresión mandan en una sociedad enferma que no sabe dar la vuelta a lo malo de sus vidas. ¿No es una contradicción? «Podría parecerlo… En el camino a la felicidad está el autoconocimiento, al que se llega por la reflexión; de ahí se llega al autodesarrollo a través del reaprendizaje; y la automotivación a la que se accede por la reilusión… si esto no se interioriza, la depresión seguirá estando ahí».