¿Mi hijo tiene altas capacidades o TDAH? – 1º PARTE. Diagnóstico erróneo.
Tatiana Fernández Marcos
Doctora en Psicología. Madrid.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación en su página web, en España hay 27.133 alumnos de altas capacidades (curso 2016-17), 3.388 más que en el curso anterior (23.745). A pesar del incremento, esta cifra supone solo el 0,33% del total de alumnos matriculados, muy alejada del porcentaje de alumnos de altas capacidades estimado por los estudios más recientes. La gran mayoría de estos alumnos sigue, por tanto, sin identificar ni atender.
Por el contrario, el número de casos diagnosticados de TDAH en niños de 8 a 12 ha aumentado un 30% en España y un 53% en Estados Unidos ,situándose como el segundo diagnóstico más frecuente en menores, muy cerca del primero, que es el asma.
Diagnóstico erróneo
Con frecuencia encontramos en padres y en maestros comentarios del siguiente tipo “el niño no presta atención en clase, se distrae con cualquier cosa, siempre está inquieto o está en su mundo”, si a esto le unimos que su rendimiento académico empieza empeorar es posible que las personas que se encuentran en el entorno del niño se planteen que hay un problema, pero ¿qué es exactamente lo que le sucede al niño?
Mientras que estos comportamientos podrían describir perfectamente a un niño con TDAH también podrían reflejar la conducta de un niño con escasa motivación por lo que está haciendo, que busca durante la clase algo que le resulte más entretenido como hablar con el compañero o fantasear con sus propias ideas.
La investigación indica que en muchos casos niños que presentan altas capacidades pero que asisten a un plan de estudios que no se ajusta a sus necesidades reaccionan a éste con poco interés y obtienen como resultado un bajo rendimiento académico (Webb & Latimer, 1993).
Características diferenciales
Willard-Holt (1999) propone que si el comportamiento del niño es específico de algunas situaciones y no se da en todos los ámbitos de la vida del niño (escolar, familiar y social) probablemente sea consecuencia de la falta de motivación y no de una dificultad de atención. Asimismo, considera que los niños con alta capacidad que se aburren en clase y los niños con TDAH presentan las siguientes características que les diferencian:
Los niños con altas capacidades:
- Cuando se aburren prestan poca atención y “sueñan despiertos”
- Tienen poca persistencia en tareas irrelevantes
- Empiezan muchos proyectos pero terminan pocos
- Desarrollo del juicio retrasado en comparación a su crecimiento intelectual
- Su intensidad puede conducirles a luchas de poder con la autoridad
- Tienen mucha actividad y un sueño inusual: pueden necesitar dormir menos horas o muchas más
- Dificultad para restringir el deseo de hablar
- Cuestionan reglas, costumbres y tradiciones
- Pierden trabajos, olvidan hacer deberes y son desorganizados
- Pueden parecer descuidados
- Son sensibles a las críticas
- No muestran problemas de comportamiento en todas las situaciones
- Muestran un ritmo más o menos consistente
Los niños con TDAH:
- Tiene poca persistencias en tareas que no tienen consecuencias inmediatas
- Pasan de una actividad a otra sin completarlas
- Muestran impulsividad y dificultad para demorar la gratificación
- Les cuesta adherirse a las normas por su dificultad para regular o inhibir su comportamiento en contextos sociales
- Son más activos e inquietos que otros niños
- Interrumpen o interfieren en los juegos de otros
- Tienen dificultades para seguir las reglas
- Hablan excesivamente
- Pierden las cosa necesarias para las tareas del colegio
- Son poco atentos a los detalles
- Los problemas se dan en todos los contextos aunque se pueden agudizar en algunos concretos
- Son sensibles a las críticas
- Variabilidad en el rendimiento de la tarea y el tiempo utilizado para llevar a cabo las tareas
Estos comportamientos, pese a ser ciertos, no nos aclaran mucho, especialmente cuando se trata de algo tan necesario como tener un diagnóstico diferencial. En este sentido, conocer si el niño presenta un TDAH junto a su alta capacidad es relevante por las necesidades psicológicas y educativas asociadas. Al igual que utilizamos test objetivos para evaluar la capacidad intelectual necesitamos utilizar pruebas objetivas que determinen si hay un déficit de atención.
En el siguiente post os contamos cómo conocer de forma fiable si existe un problema de capacidad atencional.
Referencias
Webb, J. T., & Latimer, D. (1993). ADHD and children who are gifted. Reston, VA: Council for Exceptional Children. ERIC Digests# E522. EDO-EC-93-5.
Willard-Holt, C. (1999). Dual exceptionalities. ERIC Clearinghouse on Disabilities and Gifted Education, the Council for Exceptional Children.
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