¿Es hora de replantearnos la formación y la exigencia a los profesionales de la educación?
Los niños con TGD, con dificultades en la comunicación son niños y creo que deberían estar tratados y cuidados no solo por personal especializado sino por personal motivado.
Ya son tres las denuncias ante la inspección interpuestas al colegio de educación especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe por presuntos episodios de maltrato y vejaciones a sus alumnos, concretamente, a alumnos con autismo.
Por su parte, la dirección del centro, a través de un comunicado oficial, nieganlos malos tratos afirmando que «las acusaciones aparecidas en los medios hasta el momento son totalmente falsas» y piden que se respete la presunción de inocencia.
Nuestra compañera, experta en Psicología Infanto Juvenil, Arantxa Turienzo, nos ofrece una interesante reflexión en relación a este caso en la que, con la mayor sensibilidad, nos invita a replantearnos algunas cuestiones que podrían no ser tan visibles como nos pensamos.
Los niños con TGD, con dificultades en la comunicación son niños y creo que deberían estar tratados y cuidados no solo por personal especializado sino por personal motivado.
Solo imaginar la desesperación que siente una madre que sabe que algo sucede por las muestras y el cambio del comportamiento de su hijo para llegar a introducir una grabadora en su ropa.
En esta noticia no conocemos más datos que pequeños esbozos de unas grabaciones llenas de comunicación inapropiada, por desafiante, con un niño sin que este pueda expresar realmente lo que sucede. Las prisas, la falta de paciencia, la escasa preparación o motivación parece que son fuentes de esta comunicación impropia de un educador o un profesor.
La comunidad de Madrid ofrece puestos de trabajo a una bolsa de trabajo y no cuenta en la bolsa la preparación para el puesto que te ofrecen solo una titulación genérica, puedes o no estar motivado, pero contad que no te eliminen de la bolsa coges puestos para los que a lo mejor no eres idóneo.
Cualquier psicólogo puede explicar que una conducta que sigue de un refuerzo ya sea negativo o positivo se va a incrementar. En las grabaciones no se aprecia que sean capaces de con mayor coherencia, profesionalidad y paciencia sean capaces de tratar con un niño con necesidades educativas especiales (solo parece que le provocan). Faltan los principios básicos para tratar con un ser humano, en este caso con un ser humano niño y con trastorno del desarrollo.
Y vosotros, ¿qué opináis sobre este caso? ¿creéis que es hora de abrir el debate sobre la formación a profesionales en educación?
Recordad que estamos a vuestra disposición para cualquier consulta que queráis hacernos.