La memoria en niños de 0 a 2 años. Colaboración de Aroa Caminero para Guíainfantil.com
Podríamos definir la memoria como la capacidad para retener información, ordenarla y hacer uso de ella en el momento en que la necesitamos. Es lógico pensar pues que la memoria y el aprendizaje están estrechamente relacionados si entendemos el aprendizaje como la adquisición de nueva información para su uso y aplicación en nuestra vida cotidiana. Pero,
¿cómo evoluciona la memoria desde que el bebé es recién nacido hasta que cumple 2 años?
La memoria en la primera infancia
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Desde el momento del nacimiento
ya está presente la memoria implícita, es decir, aquella que registra y almacena la información de un modo no consciente y que será la responsable de la formación en el niño de ‘modelos mentales’ que guiarán sus actuaciones en un futuro, Así ocurre, por ejemplo, con la construcción del vínculo afectivo a través de la repetición de interacciones con el padre o la madre.
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Antes de los 9 meses,
los niños son capaces de imitar gestos de los adultos cuando los tienen delante y a partir de esa edad (memoria de imitación), los niños pueden imitar recordando gestos que no tienen delante. A esta edad, los niños también son capaces de anticipar el futuro basándose en experiencias del pasado reciente, por ejemplo, si nos ven cogiendo el carrito sabrán que vamos a salir de paseo.
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A partir también de los 8 meses,
los niños empiezan a desarrollar la capacidad de resolución de problemas, es decir, a ser capaces de utilizar medios para alcanzar fines. Esto depende también de la capacidad de memoria de trabajo, que a esta edad nos permite usar un sólo medio, por ejemplo, utilizar un sonajero para atraer otro juguete hacía sí mismo.
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Entre los 8 y los 10 meses
, los niños adquieren la permanencia del objeto, es decir, la representación de que los objetos existen aunque no los percibamos. A esa edad ya tienden a buscar un objeto que hemos escondido delante suya mientras que antes no lo hacen. La permanencia del objeto constituye la base de la memoria de trabajo, que será aquella que nos permita mantener información mentalmente y trabajar con ella para realizar operaciones complejas como el cálculo mental.
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Durante el primer año de vida
también empieza a desarrollarse la memoria de reconocimiento, que es aquella que les permite reconocer objetos, personas y situaciones que ya se han visto antes, y que puede relacionarse por ejemplo, con el miedo a los extraños que suele darse en esta etapa.
En esta etapa, los niños también empiezan a desarrollar la memoria semántica, que se refiere a la memoria general, al aprendizaje de los hechos sobre el mundo y a los conocimientos adquiridos, teniendo un papel fundamental en la adquisición del lenguaje durante esta etapa.
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A los 18 meses
, los niños ya empiezan a recordar acontecimientos en un determinado orden espacio-temporal y emerge la imagen de sí mismos.
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A los dos años
, los niños no son sólo capaces de reconocer objetos o situaciones familiares sino que ya pueden nombrarlos.
FUENTE:
guiainfantil.com
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