¿Somos víctimas? (II) por Mercedes Moreno


Lo cierto es que frente a una situación, casi siempre hay más de una alternativa. Que no nos gusten estas, o no nos sean del todo favorables, no significan que no existan.


En algunos de los casos anteriores:








  • Podría ir al paro, aunque eso suponga, no cubrir gastos que tengo mensuales. En tal caso podría reducirlos o  pedir ayuda económica, etc.



  • Puedo llevarla a una residencia,  bajar mi nivel de vida y ponerle una ayuda en casa, en última instancia dejarla sola aunque conlleve el riesgo de accidente.



  • Puedo dejarle o aceptar lo que ha pasado.


Sentir que no tengo capacidad de decisión y que mi mal estar es impuesto nos permite desahogarnos y quejarnos y muchas veces obtener el apoyo emocional de otros. Sin embargo, también nos sitúa en una posición de impotencia que suele redundar en una baja autoestima ya que las víctimas son personas en inferioridad de condiciones.


Si soy consciente que estoy decidiendo y que tengo otras alternativas pero que para mi esta es la menos mala, automáticamente mi sentimiento y mi manera de enfrentar la situación cambiará.


Responsabilizarnos de nuestras alternativas aunque no nos gusten  nos lleva a la acción y al cambio o a la aceptación.




  • No he encontrado a nadie que cumpla mis expectativas y no quiero estar con cualquiera. Hasta que eso ocurra será mejor que lo acepte y aprenda a valorar con lo que sí cuento en mí vida.



  • Me sentiría muy mal si a mi madre la pasa algo, por eso voy a responsabilizarme de la situación y voy a hacer números a ver si puedo pedir ayuda y si no voy a ver como traerla a casa o ver como lo podemos gestionar de la mejor manera.



  • Aún a pesar de lo que mi marido ha sido capaz de hacer lo cierto es que lo quiero mucho y me está demostrando su arrepentimiento y mucho cariño. Sé que no me perdonaría no darle otra oportunidad a nuestra familia; No quiero estar con una persona que me ha traicionado por lo que aunque me duele mucho romper y abandonar nuestro proyecto de vida sé que no podré perdonarle así que es mejor que iniciemos caminos separados.



Hay muchos acontecimientos en nuestra vida o personas que van a pasar por ella, que no podemos elegir, pero lo que hacemos frente a ello sí depende de nosotros. Darnos cuenta de ello y pasar a

ocuparnos

en vez de a

preocuparnos

nos ayudará una vez más a eliminar sufrimientos inútiles y estériles como lo es el sentirse víctima.